Helena Cosano presenta el libro de Gabriel Neila titulado La vida en minúsculas

Helena Cosano presentando el libro de Gabriel Neila. Foto de Elena Rosillo.
Helena Cosano presentando el libro de Gabriel Neila. / Elena Rosillo

La cita, en un mítico café literario de Madrid, Libertad 8. Los padrinos literarios fueron Helena Cosano, autora del prólogo, y Luis Farnox, con el epílogo.

Helena Cosano presenta el libro de Gabriel Neila titulado La vida en minúsculas

Madrid fue testigo de la presentación del primer libro de Gabriel Neila, La vida en minúsculas, editado por el grupo editorial Sial-Pigmalión, con prólogo de la escritora y colaboradora de MUNDIARIO Helena Cosano y epílogo del compositor y poeta Luis Farnox. Intervinieron, además, Pilar Gómez Esteban, profesora de escritura creativa del joven autor, y el editor del libro, Basilio Rodriguez Cañada.

El acto, al que acudieron numerosas personalidades del mundo cultural madrileño,  se celebró en el ambiente cálido y algo bohemio del mítico café literario Libertad 8, que acoge presentaciones de libros, exposiciones de pintura, presentaciones de libros, tardes de música y otras actuaciones artísticas.

Así presenta Helena Cosano la obra: La vida en minúsculas es la primera novela de Gabriel Neila, un joven profesor, licenciado en Filología Inglesa, dedicado al estudio de nuestra lengua y a la enseñanza, voraz lector y crítico literario, de esos apasionados que parecen vivir para los libros. Como todo lector empedernido, era de esperar que algún día se atrevería a lanzarse a la aventura de escribir, y de publicar. Tenemos entre nuestras manos una novela que sólo en apariencia es modesta. Se trata de una colección de cerca de una veintena de relatos unidos por una temática común, con una estructura tan coherente que, más que un libro de relatos, parece una novela cuyos capítulos son historias casi independientes contadas cada una desde un punto de vista narrativo propio. El estilo es espontáneo, informal, sobrio y rápido. Presenta una estructura perfectamente circular: empezamos con un escritor en busca de ideas para su libro; terminamos con la presentación de este mismo libro que tenemos entre las manos: La vida en minúsculas. Si aprendemos a mirar, si logramos arrancar la falsa piel de la apariencia, descubrimos que todos y cada uno de los vecinos de Moraleda, donde transcurre la acción,  custodia algún profundo secreto. Y el escritor, meticuloso observador, ávido de historias, intuitivo, empático, y de fértil imaginación, va a provocar que cada vecino revele para nosotros lo inconfesable.”

Y así concluye, en su epílogo, Luis Farnox“Los escritores siempre buscan en las vidas ajenas una puerta que les conduzca a los días luminosos de la infancia; en definitiva, somos como niños. Mientras Alberto se da un garbeo por su barrio literario, Moraleda, las historias hacen cola a la puerta de su domicilio, impacientes por saltar y manchar las aguas blancas de unos folios solitarios. Para eso está el mundo, para rescatarlo, cambiarlo y volcarlo en un papel; lo mejor que podemos hacer con las vidas de los demás es redimirlas y hacerlas literatura.”

Tras las intervenciones de presentación, Luis Farnox alegró la velada con su guitarra.

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