Reflexiones sobre los bulos y las noticias falsas en estos momentos de coronavirus

Fake News - Noticias falsas
Fake News - Noticias falsas

En estos días de confinamiento, en los que la llegada del coronavirus está afectando a la salud física de las personas, estoy viendo que está aumentando, también, el ataque a la salud mental.

Reflexiones sobre los bulos y las noticias falsas en estos momentos de coronavirus

Dada la gran facilidad de participación e inmediatez que permiten las “redes sociales”, se han convertido en una forma de comunicación masiva, permitiendo hablar con amigos, dar opiniones, mostrar emociones, o difundir mensajes ampliamente… no siempre ciertos ni bienintencionados.

Hemos visto mensajes reenviados que, dado que “me lo ha enviado mi amig@”, los hacemos seguir sin más, dejando de lado algunas cuestiones que deberíamos preguntarnos:

1. ¿Quién los ha escrito y con qué motivo real?

2. Lo que se dice ¿es cierto o inventado?

3. ¿Qué efectos puede tener sobre una persona, o grupo, en caso de que aparezcan en ellos?

4. ¿Cómo puede afectar a grupos de población (sociales, demográficos, geográficos, etc.) la gran expansión de mensajes falsos o hirientes?

5. La rueda de mensajes en la que participamos, sin mala fe, ¿puede llevar a algún tipo de emergencia, que incluso llegue a movilizar efectivos? Pueden pensar que exagero… pero no lo sabemos.

6. ¿Tenemos idea de la infracción legal que podemos estar cometiendo por el reenvío? ¿estamos ayudando involuntariamente a algún acto ilegal?

7. Se los estamos pasando a nuestros amigos sin saber antes si son verdad ¿no deberíamos pensarlo un poco más antes de hacerlo? Es cierto que cuesta no dejarse “arrastrar” por las secuencias de reenvíos de mensajes, pero pensemos que el fin de los mismos sólo los conoce quien ha escrito el original.

Me preocupan especialmente aquellos mensajes que parecen no tener un objetivo concreto, los que no se llega a adivinar que pretenden, más allá de agrandar nuestro vocabulario de insultos. Quizás su objetivo real es precisamente que dediquemos tiempo y esfuerzo a algo que no vale nada, y que la mentira y la falsedad se vaya generalizando, y hasta se normalice, tanto que nos haga dudar de todo…y de todos, de manera que no tengamos capacidad individual, ni tiempo, ni ganas, de clarificar todo lo que vemos, oímos y leemos. Y esto nos aleja de la realidad.

¿A quién le puede interesar esto? ¿alguien quiere que no pensemos demasiado? Quizás sean preguntas sin respuesta, pero me parece que siguiendo esta tendencia nos convertimos en más manejables, porque dejamos de intentar llegar al fondo de las cosas. Piensen en ello, si me permiten el consejo, no nos quedemos sólo con los titulares, sobre todo con los grandilocuentes, parciales, muy mediáticos, y que son muy “facilones”. Sino, nos estaremos perdiendo el contenido real y completo, y la capacidad de pensar y criticar que todos tenemos, quedándonos con lo accesorio e insustancial, o como mucho, únicamente con el “caso” especial y no con la visión completa.

Este es el mundo que vivimos, rodeados de mensajes y noticias falsas, que parece convertirse de hecho en un juego de mentiras donde gana “el que la dice más gorda”.

Pero la medida y consecuencias de todo ello ha cambiado con la llegada del coronavirus: el estado de ánimo ha cambiado, internamente existe tensión, externamente también, se palpa, es algo contenido, pero existe. Por no hablar del nivel de estrés al que está sometida la Sanidad, los sanitarios, y demás participantes en la “guerra” contra él. Muchas personas están contagiadas, otras muchas hospitalizadas, muchas otras ven (o no ven) como fallecen sus familiares. Otros esperan alguna noticia que les de esperanza, que les haga sentir que lo que creen, y quieren, se acabe haciendo realidad: acabar con el virus.

En un estado de sufrimiento como el actual, ¿quién puede pensar en el engaño a los demás? ¿a quién le interesa la discordia por encima de todo? ¿quién no sabe hablar sin insultar? ¿quién se siente cómodo en la falsedad continua? ¿alguien no quiere que acabe?… no sigo.

Para que no queden dudas, en mi opinión, hay que perseguir al que crea e inicia bulos, mensajes y noticias falsos, con objetivos desconocidos, y los demás, tenemos que concienciarnos de no reenviar nada sin conocer realmente lo que estamos enviando a personas que apreciamos.

Para los que quieran, les dejo tres enlaces de páginas que utilizo para intentar detectar noticias falsas, sobre el coronavirus en España: Maldito bulo, Newtral, y RTVE.

Y por supuesto, siempre se deben visitar las web oficiales, tanto del Ministerio de Sanidad, como de las diferentes Consejerías de las Comunidades Autónomas.

Además, hay quien continuamente está luchando por que estos hechos no se produzcan, y en este sentido, quiero agradecer su trabajo y esfuerzo a la Guardia Civil, también a la Policía Nacional, a la Ertzaintza, a los Mossos d’Esquadra, a la Policía Foral de Navarra, y a todas las policías y otros cuerpos y organismos, que también investigan directamente o ayudan en las investigaciones sobre este tema. Con todos ellos podemos y debemos colaborar.

¡Ah! no lo olviden: #QuedateEnCasa #YoMeQuedoEnCasa @mundiario

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