Hallan 4,9 kilogramos de explosivos en una cueva-mina en Navarra

Cueva-mina./ Pixabay
Cueva-mina./ Pixabay

El hallazgo se produjo de forma casual, gracias a dos espeolólogos que investigaban la zona. Se quedó en un susto, ya que los explosivos tenían el único propósito de detonar rocas.

Hallan 4,9 kilogramos de explosivos en una cueva-mina en Navarra

Dos espeolólogos de del Grupo de Espeolología Akelar Espeleologi Taldea descubrieron recientemente casi 5 kilogramos de explosivos en Navarra. El hallazgo fue notificado a la Guardia Civil de la Comunidad, que se desplazó hasta el lugar, una cueva-mina en Goizueta. Los acompañaron agentes del GEDEX, que, ante la imposibilidad de acceder a las inmediaciones con normalidad, solicitaron también la ayuda de componentes del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña). Y es que, para llegar al lugar, es necesario descender 500 metros de bosque, en los cuales instalaron cuerdas fijas para asegurar la bajada. Cuando llegaron a la entrada de la cueva, siguieron instalando cuerdas semi-estáticas para poder llegar al final de la mina, de 300 metros de profundidad.

La forma en la que los trabajadores habían encontrado los explosivos fue al darse cuenta de la presencia de dos cartuchos, de los que inmediatamente sospecharon. En cuanto los agentes dieron con ellos, los analizaron, y confirmaron que contenían amonita, un explosivo que suele usarse para volar y destruir rocas. Por el entorno, que pudieron observar los profesionales, se deducía que allí se habían realizado otras detonaciones previas. Estos cartuchos habrían quedado allí abandonados al no haber detonado en su momento como estaba previsto.

Se siguió a continuación un protocolo de retirada de los explosivos del lugar, trasladándolos a un lugar seguro. Fue en ese momento cuando se estimó la cantidad que contenía cada cartucho, en torno a 2,5 kilogramos cada uno.

Otros sucesos similares

Por lo que parece, todo quedó en un susto, pero sucesos como este encienden todas las alarmas en la zona, que en los últimos años ha tenido que enfrentarse a hallazgos similares, y quizá no tan inofensivos. Por ejemplo, en junio de 2019 fue descubierto un zulo en el que la banda terrotista ETA guardaba explosivos escondidos en bidones. Estos fueron encontrados también casualmente, al igual que los hechos recientes.

Tampoco es desconocida este tipo de noticia en otras partes del país, ya que alguna vez la Guardia Civil ha tenido que intervenir al hallarse explosivos sin detonar de la Guerra Civil, como fue el caso de Aragón en 2017, o, en ese mismo año, al alertar unos obreros que trabajaban en la construcción del Wanda Metropolitano del hallazgo de un obús, también de la misma guerra. Otro caso llamativo, en Teruel, más concretamente en el acuífero “Los ojos del río Jiloca”, también reveló uno de los arsenales más grandes de este conflicto. @mundiario 

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