Hacer un viaje A Coruña - Vigo por la costa, una experiencia enriquecedora

Fisterra. / Nuria
Fisterra. / Nuria

Para realizar esta ruta, que recorre parte de la línea de costa de las provincias de A Coruña y Pontevedra, sin prisa y relajadamente se necesitan tres días como mínimo.

Hacer un viaje A Coruña - Vigo por la costa, una experiencia enriquecedora

Los que viajamos de A Coruña a Vigo, y viceversa, sabemos que hay varias maneras de realizar el trayecto. En tren convencional por la estación de Vigo-Guixar o en el mal llamado de alta velocidad que opera en la estación de Vigo-Urzaiz. Ahí es nada Vigo con dos estaciones de tren. En coche por la autopista con una sangría en peajes o por carretera atemorizado por los límites de velocidad. También hay quién hace el trayecto por Ourense, quién se atreve en barco e incluso hubo algún ministro que lo hizo en avión.

Mi propuesta de hoy es invitaros a hacer el trayecto A Coruña-Vigo en coche siguiendo fielmente la línea de costa con hijuelas. Me viene a la memoria este recorrido realizado hace años en el que invertimos tres días enteros, completando casi 700 kilómetros y que perdura en la memoria como uno de los viajes más placenteros y enriquecedores de todos los realizados.

Para adaptarlo a los tres días y dos noches propuestos se podría pernoctar en Fisterra y Rianxo, viajando sin pautas establecidas disfrutando de la Costa da Morte, de los encantos de Caión, de paradas a discreción en Malpica, Corme, Laxe con la mejor playa de zona, Camariñas o Muxía. Con desvíos a San Adrián, Punta Nariga, Monte Blanco, Cabo Vilán, Virxe da Barca o Cabo Touriñán para terminar donde lo hacen los peregrinos que prolongan el Camino de Santiago: Fisterra. Siguiendo por maravillas como la cascada y mirador de Ézaro, O Pindo, la playa de Carnota, la laguna de Monte Louro. Muros, Noia y Portosín preceden al Castro de Baroña y al parque natural de las Dunas de Corrubedo. Pueblos con encanto como Aguiño, Escarabote o Cabo de Cruz, entre los que hay que desviarse al dolmen de Axeitos o al mirador de A Curota, sin pasar por alto Ribeira, A Pobra do Caramiñal o Boiro. Al salir de Rianxo se bordea la Ría de Arousa por Padrón y Catoira hacia Vilagarcía, con parada en Carril y la isla de Cortegada. Una vuelta por la Isla de Arousa, Cambados, O Grove y A Toxa. Lo siguiente es la inmensidad de A Lanzada, el remanso de Portonovo y la milla de oro de Sanxenxo. Irrenunciable es Combarro y el monasterio de Poio. Pontevedra es capítulo aparte. La península del Morrazo se circunda por Marín, Bueu, Cabo Udra, la Costa da Vela con Cabo Home, a tiro de piedra de las islas Cíes, antes de llegar a Cangas y Moaña. Merece la pena subir al mirador de Domaio y al lago Castiñeiras, antes de pasar por Arcade para rendir visita al castillo de Soutomaior y A Peneda. En Cesantes casi se puede tocar la isla de San Simón y en Redondela es impagable subir al mirador de Monte da Rata. Y como quién no quiere la cosa se acaba en Vigo.

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