El que habla sin freno, habla de lo suyo y de lo ajeno y con la envidia más
Érase una vez un pueblo muy pequeño que existía en una aldea muy, muy lejana donde habitaba una bruja muy malvada. Hechizaba a todo el mundo...
Érase una vez un pueblo muy pequeño que existía en una aldea muy, muy lejana donde habitaba una bruja muy malvada. Hechizaba a todo el mundo con o sin motivo, hasta a los niños.
Un día, estaba enfadada porque una chiquita muy guapa le había pisado el callo y decidió hacerla magia negra. El conjuro citaba así:
"Por las barbas de barrabás
de tus cosas y la de los demás hablarás
pues freno no tendrás
y de vergüenza morirás."
Y así fue. La pobre muchacha no podía mantener su linda boquita cerrada. Todo lo que oía, aunque fuera el mayor secreto que debía tener guardado o sus propios asuntos, salían como si fuese aire, pero un día, la hechicera halló muerte y con ello, su problema de pensar en voz alta sin parar pereció.