El Gobierno de Argentina está dispuesto a negociar con los docentes

Argentina lleva 10 días de paro docente
Argentina lleva 10 días de paro docente.

A diez días de paro docente, Buenos Aires deja entrever una nueva oferta salarial, pero antes se plantea como objetivo ver a los chicos en las aulas. 

El Gobierno de Argentina está dispuesto a negociar con los docentes

Mientras que el ministro de Economía, Axel Kicillof, anunciaba que la inflación de febrero fue menor a la de enero, con un índice del 3,4%,  la funcionaria Nora De Lucía pedía a los gremios docentes suspender el paro por tiempo indeterminado,  expresando estar dispuesta a negociar una nueva oferta salarial, pero "con los chicos en las aulas".

A pesar de que el Gobierno determinó la conciliación obligatoria el paro docente llegó a los 10 días, y la provincia intimó a los gremios a cumplir el mismo.

Además, De Lucía dijo que la administración de Daniel Scioli "invierte más de 53.000 millones de pesos" en el presupuesto educativo y remarcó que incrementó "un 354%" el salario de los maestros provinciales, haciendo hincapié en que "estamos dispuestos a seguir trabajando desde el encuentro", subrayando que "los chicos tienen que estar en el aula porque es allí donde se educan y donde los contenemos".

Actualmente, en Argentina, más del 60% de los docentes tienen más de un cargo acumulado, y su trabajo no termina en el aula de la escuela sino que continúa en sus casas con tareas como corregir, planificar contenidos sumando material didáctico, armado de libretas, registros, seguimientos del alumnado con evaluaciones, etc., y si consideramos a los maestros rurales estas actividades crecen exponencialmente.

A todo esto debemos agregarle que como cualquier humano tienen familias que sostener, y sin considerar que su labor es esencial a la hora de formar las generaciones futuras; por lo tanto es imposible, en el contexto socio económico actual, poder vivir dignamente con sueldos del orden de $ 3.200,00 (valor aproximado de un sueldo inicial). Como consecuencia de lo anterior recurren a cargarse de horas, trabajando en doble turno, para sobrevivir. Si esta situación continúa dará como resultado una tarea cada vez más ineficaz (según algunas estadísticas el sistema educativo argentino viene perdiendo sustento en formación académica).

La pregunta que cabe hacerse es: ¿esto es lo que queremos para nuestras futuras generaciones?, máxime cuando los niños son la prioridad, la esperanza y nuestro futuro como país.

Es muy claro que adoptar este tipo de medidas que consisten en tomar de rehenes a los niños no es la mejor opción, pero ¿cómo accionar cuando quien tiene la responsabilidad hace oído sordo ante el reclamo?

Los padres continúan a la espera de que alumnos y docentes estén en donde deben estar: en las aulas.

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