Gerardo González Martín cierra un ciclo del mejor periodismo gallego

La cálida palabra de González Martín.
El fallecimiento ayer de Gerardo González Martín causó una profunda conmoción en la sociedad y la comunicación de Galicia.
Gerardo González Martín cierra un ciclo del mejor periodismo gallego

El fallecimiento del periodista Gerardo González Martín, ocurrida en la tarde del sábado, 17 de julio, a los 79 años, ha causado una profunda conmoción en todos los ámbitos de la sociedad gallega y especialmente en el mundo de la comunicación y en el ánimo de todos los que fuimos sus compañeros y amigos. En mi caso, como relato en un obituario de urgencia, existe una relación especial de proximidad que fue decisiva en mi propia carrera como comunicador, por lo mucho que aprendí a su lado. Cuando en 1972 dejé Radio Popular de Ourense, donde era redactor, para incorporarme a Radio Popular de Vigo, el director de aquella emisora, el periodista Daniel Hortas, me dijo al despedirme: “Vas a trabajar al lado del periodista que, sin ser gallego, mejor ha entendido y mejor escribe sobre Galicia”. Pronto lo pude apreciar y mi etapa al lado de Gerardo, 1972-1976, fue al mismo tiempo una escuela, un aprendizaje de todos los sentidos.

Abulense de cuna y trasladado muy joven a Galicia, tras cursar estudios en la Escuela de Periodismo de Madrid, estuvo vinculado en sucesivas etapas a diversos medios de comunicación de Galicia, desde el Diario de Pontevedra a El Correo Gallego de Santiago, del que fue director, y fue precisamente un elemento esencial en el proyecto de gestión y desarrollo de Atlántico Diario. Fue redactor de Faro de Vigo en dos etapas de su vida, colaborador de La Voz de Galicia y el primer corresponsal en Galicia del diario El País. Pero una etapa esencial de su vida la desarrolló en la COPE, primero como jefe de redacción de Radio Popular de Vigo y director del programa “Jaque a la Actualidad” que todavía se recuerda por su renovador estilo que introdujo en los informativos de la radio. Más tarde ocupó un alto cargo en la dirección de la cadena en Madrid. Tentado brevemente por la política, fue miembro del CDS de Suárez y de la UCD y ocupó entre otros cargos el de delegado de Cultura de Pontevedra. También fue director de la Radiotelevisión de Galicia. En la etapa predemocrática fue miembro de la Junta Democrática de Vigo, por ser un periodista prestigioso y respetado.

Gerardo era un trabajador incansable, pero un grato compañero con el que era fácil formar equipo, eso sí, si te adaptabas al ritmo eficiente con que él conducía los informativos. Los colegas de Vigo le llamaban cariñosamente El primi, apelativo relativo al hecho cotidiano de que se adelanta a todos los demás en dar las noticias, pues manejaba con enorme pericia una amplia red de contactos en todos los ámbitos. Todavía hoy, al examinar sus viejos artículos asombra la frescura de aquellas crónicas que escribiera viajando por toda Galicia, ilustradas por Magar, a través de las cuales nos descubría a los gallegos nuestro propio país.

La incuestionable valía

Una característica personal de Gerardo, pese a su valía, es que nunca tuvo el menor problema, cuando dejó de estar cómodo en un cargo o un puesto, para abandonarlo por la puerta grande, como hizo en su etapa en la Radiotelevisión de Galicia. Más de una vez, hemos bromeado con eso. Pero si etapa como periodista es completa y brillante, yo creo que casi la supera la de investigador e historiador. Hace falta mucha paciencia, mucho trabajo y estar dotado de una buena sistemática, formación y paciencia para sumergirse en los archivos como hacía Gerardo. Y el fruto de ese trabajo son esa serie de libros y artículos en las publicaciones del Instituto de Estudios Vigueses y otras editoriales, que completan una parte esencial de su labor como estudioso. Nos deja una densa obra de publicaciones de enorme interés y rigor. Esta parte de su trabajo es muy extensa y comprende desde artículos muy especializados en boletines y libros colectivos a su propia bibliografía, donde destacan libros esenciales para el conocimiento de la historia económica y social de Vigo.

En el ámbito corporativo, su etapa al frente de la Asociación de la Prensa de Vigo significó una total renovación de una institución centenaria que precisaba una modernización profunda para defender y representar los intereses de los profesionales. En ese sentido, en el libro conmemorativo del centenario de la Asociación redactó la parte esencial del mismo sobre la historia de la entidad. Fumador empedernido, arrostró con entereza el deterioro de su salud y por primera vez su firma dejó de aparecer en los medios, donde siempre era acogida con el mismo interés por sus lectores y amigos.

Poco después de jubilarse, en 2007, fue objeto de un homenaje multitudinario celebrado en el Castillo de Soutomaior al que asistió o se adhirieron amplias representaciones de la cultura, el periodismo, la sociedad y la empresa de toda Galicia, así como de las diversas fuerzas y representantes políticos de todo signo, como evidencia del general reconocimiento y aprecio de que disfrutaba. Además, a lo largo de su vida mereció diversos reconocimientos profesionales, como el Premio Luis Taboada, a la mejor labor informativa sobre Vigo, y el Premio Diego Bernal, otorgado por la Asociación de Periodistas de Galicia, por el conjunto de su vida como periodista.

Nos ha dejado un compañero, un maestro, y sobre todo un querido amigo. @mundiario

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