Hay formas narrativas precedentes al género picaresco en la España medieval

En líneas maestras, en aquel entonces la novela seguía orientándose por el camino de la idealización, ofreciendo al lector un mundo artificiosamente perfecto de figuras ejemplares.
Si consultamos detenidamente lo que se escribió durante muchos años en la literatura española, sobre todo, en su faceta narrativa nos encontramos ante cinco formas narrativas que precedieron lo que se dio en llamar “novela picaresca”. Vamos a echar luz sobre dichas formas de la manera siguiente.
1 - La novela de caballerías
Los libros de caballerías tendrán una gran difusión a lo largo del siglo XVI. Cuentan las hazañas y proezas de un héroe, el caballero andante, que, solo o en compañía de un escudero, por amor a su dama y lealtad a su rey, irá por tierras extrañas pobladas de gigantes, magos, enanos y monstruos de todo tipo, con los cuales entablará combates y los vencerá para acabar felizmente en compañía de su dama. Este tipo de narración procede, en parte, de la épica medieval. En España, los primeros ejemplos serán: El Caballero del Cisne y El Caballero Cífar. Son de hacia 1300, y es posible que para estas fechas se escribiese parte del Amadís de Gaula, el libro de caballerías de mayor éxito y difusión. Los libros de caballerías se siguieron imprimiendo en gruesos volúmenes de una manera sorprendente.
2 - La novela pastoril
De entre sus elementos esenciales se pueden destacar: La naturaleza estática bellamente estilizada, semejante a la que nos ofrece la poesía bucólica (verdes prados, silenciosas florestas...), y unos refinados pastores, entre los cuales se ocultan a veces personajes reales, que exponen melancólicamente sus cuitas amorosas, siguiendo los tópicos de la doctrina neoplatónica, etc.
El modelo inmediato de esta novela fue La Arcadia de Sannazaro. Su relación con la novela bizantina es grande. Se trata de una novela en la que el amor es el eje de la acción. La aventura caballeresca ha desaparecido totalmente. En este género interviene el elemento mágico para que se solucione felizmente el desenlace.
El pastor, en realidad, es un cortesano en la manera de hablar y obrar. Otra de sus características es la de intercalar poemas en la narración. Fenómeno más raro en los otros tipos de novela. La primera novela pastoril española es La Diana (1559?) de Jorge de Montemayor. Esta última tuvo un enorme éxito hasta el punto de que fue imitada por muchos después.
3 - La novela bizantina
La narración de tipo bizantino era conocida ya en la literatura medieval desde sus primeras manifestaciones. Tiene muchas afinidades con la novela de caballerías en cuanto que los protagonistas pasan por aventuras semejantes, pero aquí el elemento sentimental es mucho importante, los jóvenes enamorados viven una serie de aventuras, naufragios, cautiverios y raptos, que impiden su unión hasta el final de la obra. Es una novela esencialmente amorosa. Los modelos esenciales de este género son las obras de los escritores bizantinos Aquiles Tacio y Heliodoro descubiertas en manuscritos griegos en el segundo cuarto del siglo XVI, traducidos al latín y de éste a las literaturas romances.
Es un tipo de novela “itinerante”, es decir que los personajes no se detienen en ningún lugar más que un breve tiempo, hasta el desenlace de la obra.
4 - La novela morisca
Cuando se expulsaron los árabes de España, lo morisco se pone de moda en la vida española de mediados del siglo. La primera novela amorosa y caballeresca es El Abindarráez y la hermosa Jarifa (1551?) atribuida a Antonio de Villegas. Pero la novela que más éxito tuvo, fue las guerras civiles de Granada o historias de los bandos de los Zegríes y Abencerrajes de G. Pérez de Hita, quien mezcla ficción y hechos históricos.
5 - La novela sentimental
Este género aparece en España en estrecha relación con las novelas de caballerías. El tema central es el del amor. Consiste en relatos breves con historias que se desarrollan en ámbitos misteriosos y cortesanos. Tiene un punto común con las demás novelas citadas, que es la idealización y la sublimación del amor.
En líneas maestras, podemos decir que en aquel entonces, la novela seguía orientándose por el camino de la idealización. Pero a diferencia de los ya decadentes libros de caballerías - llenos de elementos fantásticos - la narración sería un poco racional y verosímil, ofreciendo al lector un mundo artificiosamente perfecto y poblado de figuras ejemplares: El pastor, el amante, etc, de acuerdo con las tendencias de la época.