La física confirma la existencia de los cristales de tiempo

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Reloj de arena. / Pixabay.

El año pasado eran solo una especulación a pesar de haber sido creados por dos prestigiosas universidades diferentes, pero ahora el hallazgo ha sido confirmado por una importante revista científica.

La física confirma la existencia de los cristales de tiempo

La revista especializada Nature ha publicado el trabajo científico de un equipo perteneciente a la Universidad de Maryland; con esto se confirma la existencia de una nueva materia que se consideraba como un cuento fantástico e imposible. Dentro del mundo científico es necesario que los trabajos sean publicados por una revista de prestigio y que estos sean abalados por razones de peso y otros colegas. Por eso, cuando el año pasado las Universidades de Maryland y Harvard dieron a conocer la creación de los cristales de tiempo, la comunidad científica no prestó mucha atención, debido a que sus trabajos no se encontraban abalados por ninguna prestigiosa revista.

Pero ahora con la reciente publicación, se confirma su existencia y el nacimiento de una nueva rama de la física, cambiando por completo las leyes que ya eran conocidas y abriendo las puertas a mundos de materiales inexplorados que se encuentran en constante movimiento.

Los átomos en eterno movimiento

La existencia de los cristales fue propuesta por el Nobel de la Física Frank Wilczek en el 2012, quién explicó que este nuevo material tendría la capacidad del movimiento perpetuo y no se repetiría en el espacio, rompiendo con todas las leyes físicas que se conocían hasta ahora. Todo esto parecía un hecho de pura fábula, algo difícil de lograr; pero apenas cuatro años después aparecieron dos equipos científicos, de dos universidades diferentes y con métodos distintos, afirmando que habían logrado crear cristales de tiempo.

Ahora bien, estos cristales no son los que el humano conoce como los diamantes, esmeraldas, copos de nieve o la sal, que cuentan con un estado físico dentro del espacio y que permanecen inmóviles gracias a los átomos que los conforman y hacen que sus patrones tridimensionales se repitan debido a que se encuentran en constante movimiento. En contraposición, los cristales de tiempo poseen átomos que no se mueven en el espacio, pero sí en el tiempo, causando que su patrón no se repita en el espacio y por ende permitiéndole estar en movimiento continuo.

Al encontrarse en continuo movimiento, estos cristales rompen con el equilibrio haciendo que se muevan perpetuamente a través del tiempo y acabando con la única teoría conocida hasta ahora, en la que los cristales convencionales, como el rubí, gozan del equilibrio necesario para mantenerse inmóvil, y esto se debe a que sus átomos permanecen inmóviles y son incapaces de generar alguna energía para moverse.

El experimento científico

En dos años de investigación el equipo científico de la Universidad de Maryland, logró demostrar su teoría gracias a un ensayo que realizaron con iones, que son átomos cargados de electricidad, pertenecientes al elemento Iterbio. Los investigadores procedieron a crear un campo eléctrico ideal en donde lograron levitar hasta diez iones sobre una superficie sólida; después, con ayuda de un láser fueron disparando y golpeando con un ritmo establecido a cada uno de los iones que terminaron realizando volteretas que se repetían en el tiempo; el hecho que les confirmó a los científicos que habían creado un cristal del tiempo, fue que al realizar las volteretas, el átomo era la mitad de rápido que el disparo del láser, siendo un movimiento extraño dentro del campo cuántico y confirmando la existencia del cristal de tiempo.

El uso de los cristales en el futuro aún está por verse, pero se cree que serán muy útiles para la computación cuántica, que es capaz de utilizar qubits para agrandar el campo físico y matemático con la creación de nuevos algoritmos; así mismo estos cristales podrían darle una comprensión aún más profunda a la teoría del tiempo que sigue conteniendo muchos enigmas que enloquece a los científicos.

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