Karma: la filosofía oriental de actuar, hablar o pensar

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Karma.

Karma significa “acción”, es decir, las acciones que cada uno de nosotros realiza, bien sean de pensamiento, obra o palabra y las reacciones que produce.

Karma: la filosofía oriental de actuar, hablar o pensar

El Karma es una relación causa-efecto. Según esto, cada acción nos lleva a una reacción. Es decir, nuestras acciones físicas, verbales o mentales dan lugar a un Karma positivo, negativo o neutral, según nuestras acciones sean buenas, malas o normales.

Si conseguimos dejar de hacer malas acciones, nuestros actos serán puros; llegaremos a la felicidad sin sufrimiento.

El Karma aplicado por el Budismo no es una religión; es un modo de actuar ante la vida. Como el Budismo reconoce la reencarnación, el Karma de una persona se arrastra a través de sus vidas anteriores hasta la actual, se suma esa energía vida tras vida. Aprendemos con la experiencia a ser mejores personas, lo que nos evitará perjuicios.

Si la persona quiere perjudicar a otra, al final será ella misma la perjudicada. Como dejó dicho el príncipe Indio, Buda, “Cada uno recoge lo que siembra”.

Esto no tiene nada que ver con la religión; es más una filosofía oriental de actuar.

Por otra parte lo que muchos consideran la sociedad civilizada, el mundo occidental, vive actualmente a gran velocidad, en un estado de ansiedad. Muchos ciudadanos consideran a este mundo occidental el mejor de los mundos por su conocimiento, vida digna, confort etc.  No obstante muchos ciudadanos llenos de temor no son capaces de controlar su estrés, sus pensamientos negativos a perder el trabajo o no llegar a fin de mes. Necesitan ansiolíticos, pastillas para dormir o evitar descargas de adrenalina. Los menos afortunados tienen problemas de vivienda y de poder dar de comer tres veces al día a su familia.

La filosofía oriental, el Karma, ayuda a las personas a controlar la ansiedad, los impulsos negativos. El Karma es Karma: “lo que tiene que suceder, sucederá” o bien “lo inesperado siempre sucede”.

El hecho ocurre sin que podamos evitarlo,  a veces por actuaciones anteriores. Karma: ha ocurrido, era inevitable, no lo podemos arreglar, hay que tomar conciencia de ello. Ocurre un terremoto, un incendio, cae un avión. Es Karma. Hay que aceptarlo y reaccionar adecuadamente.

Si lo aceptamos, es el principio del conocimiento. A partir de su aceptación empezamos a conocer y valorar mejor las personas y los hechos: la aceptación del Karma nos trae la paciencia.

Esto es importante. La paciencia se consigue cuando dominamos las siete emociones:

1. El odio.

2. La adoración.

3. El gozo.

4. La ansiedad.

5. La irritación.

6. El dolor.

7. El miedo.

Si eres capaz de resistir todas estas siete emociones, serás paciente, comprenderás mejor todos los hechos. Los pacientes son fuertes.

Resumiendo.

Amigo lector los hechos ocurren, muchas veces por hechos anteriores de nuestra vida. Son inevitables: es Karma, una relación causa-efecto, positivo o negativo. Si lo admitimos, estamos en camino del conocimiento. Esto nos trae la paciencia, el poder de dominar las siete emociones, el conseguir ser fuerte.

 

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