Festival de sabores en Don Álex, en A Coruña, un restaurante para disfrutar

Salmón ahumado, compota de manzana, helado de piña y frutos rojos. / M. C.
Salmón ahumado, compota de manzana, helado de piña y frutos rojos. / M. C.

Es imprescindible reservar y estar dado de alta en la lista de clientes de la casa, lo cual se consigue de la mano de un amigo. Sus platos están hechos a la medida de los comensales.

Festival de sabores en Don Álex, en A Coruña, un restaurante para disfrutar

En el número 12 de la avenida de Galicia de Cerceda, a quince minutos del centro de A Coruña, está Don Álex Multibar, todo un espectáculo gastronómico. Una experiencia única. Platos y platos acompañados de vinos y licores de la mano de un anfitrión singular, cuyos comentarios constituyen por el mismo precio un master sobre la buena mesa. Todo lo que se pueda decir para elogiar el trabajo que Álex comparte con Elena, su mujer, es poco. "Es un auténtico festival del buen comer que combina gastronomía, puesta en escena, docencia y sorpresas", resume uno de los comensales. Como dice el refrán, siembra y cría y habrá alegría. Si es entre grandes amigos, mejor.

Elena y Álex en su restaurante Don Álex. / Twitter

Elena y Álex en su restaurante Don Álex. / Twitter

 

El festival de sabores en Don Álex, sin duda un restaurante para disfrutar –de verdad, sin complejos, como en casa–, se desarrolla en un comedor no muy grande, literalmente decorado con cajas y más cajas de vinos de todos los colores y sabores, también de todas las procedencias, incluso alguno blanco recién llegado de debajo del mar.

Para comer o cenar de la mano de Álex, cuya locuacidad apabulla, es imprescindible reservar y estar dado de alta en la lista de clientes de la casa, lo cual se consigue con un buen amigo. No es ningún capricho ni excentricidad: sus platos están hechos a la medida de los comensales, a sabiendas de que siempre hay quien come más con los ojos que con la boca. 

Del lomo de sardina ahumada con toques de tomillo, romero y cardamomo, a la que se le agrega el aceite al ser servida, puede pasarse al salmón ahumado con compota de manzana, helado de piña y frutos rojos. Pero son varias las alternativas de Elena –¿qué tal un salteado de setas o un bacalao?– , de modo que lo mejor es dejarse llevar; máxime cuando el comensal tiene opción a expresarle a Álex –con toda la libertad del mundo– lo que no le gusta. De gran plato –para los que pueden con todo– puede llegar a la mesa un arroz en su punto con carne estofada, si bien hay otras alternativas más y menos consistentes. El sabor, que es lo importante a la hora de comer, está garantizado. Viene de serie.

Conscientes de que poco dura el dulce en la boca, unas cremas heladas que no son un helado constituyen una posible alternativa en los postres, y para la sobremesa, gin tonic preparado o un buen vodka, sin descartar un malta de verdad. Desde luego, con café de la casa. ¿Queda algo más? Un aplauso desde MUNDIARIO para Elena, la cocinera... También para Don Álex, claro.

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