El feminismo no significa odiar a los hombres, significa igualdad

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We Can Do It. / Póster universal sobre la igualdad de género

El feminismo es una doctrina social y política que se viene practicando durante años, no es nada nuevo, solo que ahora hay más mujeres dispuestas a hacer valer sus derechos y ser reconocidas por sus logros.

El feminismo no significa odiar a los hombres, significa igualdad

Durante siglos las sociedades humanas se han dado la tarea de encasillar características, actitudes, derechos y aptitudes, en los distintos géneros. Es decir, si eres hombre, eres fuerte, capaz, no lloras, no hablas de tus sentimientos. Si eres mujer eres delicada, callada, bonita y expresas tus sentimientos en exceso.

La mujer tradicionalmente pertenecía al hogar, a procrear, a cuidar del hombre y de sus hijos. Esa era el papel destinado para ellas en el mundo, en el pasado si no cumplías con ese rol eras castigada y vejada, apartada de tus seres queridos y de tus posesiones. Las mujeres no poseían un derecho que les permitiera educarse o votar para elegir a su gobernante, era imposible que entraran a una universidad y muchas terminaron ocultando su inteligencia por miedo, o bien cediendo sus inventos a sus esposos y dándoles todo el crédito.

Ahora bien, después de esa corta explicación, resulta poco creíble que existan personas que se quejen de las ‘feministas’. No es un pecado que las mujeres deseen valer sus derechos, que sean respetadas, que lleven la ropa que deseen y que esto no implique que un hombre quiera propasarse con ellas, o que exijan un sueldo tan bueno o mejor que sus pares masculinos porque son capaces de hacer los mismos trabajos.

Lo que si es pecado es que las obliguen a taparse sus cuerpos, considerarlas pecadoras por expresar su opinión, que tengan que someterse a lo que dictan sus esposos, que sus órganos femeninos sean mutilados para que las consideren bellas, que si son violadas es su culpa y no del perpetrador o que tengan que casarse con quien se les ordene.

No se trata de un movimiento anti-hombres, ni de ser una 'feminazi'

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Marcha del siglo XIX. / Wikipedia

El concepto feminista se ha degradado hasta el punto en el que muchas personas, hombres y mujeres, piensen que se trata de tener un mundo sin el sexo masculino o bien que las mujeres lo tengan sometidos. Esta no es la motivación del movimiento, mujeres como Emmeline Pankhurts, Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft o Elizabeth Stanton crearon manuscritos o reunieron masas de mujeres y hombres para abolir el yugo desmedido que oprimía al sexo femenino y no le dejaba realizarse, siempre se ha tratado de derechos y respeto, jamás de odio o desprecio.

Las mujeres han recorrido largos caminos para poder llegar hasta donde están, en lo ancho de la historia humana han realizado manifestaciones, crearon organismos, ligas o centros; buscaron la manera de hacer entender que ellas son capaces de mucho. Lo interesante era que las precursoras, no solo tenían que cambiar la manera de pensar de los hombres, sino también de muchas otras mujeres, cuya cultura las hacía pensar que no eran capaces de tener los mismos derechos.

En este tipo de situaciones jugaba un papel muy importante las clases sociales, las mujeres adineradas o que contaban con un grupo de hombres que las apoyaban fueron las más propensas a iniciar los cambios progresistas de la igualdad entre género; su poder dentro de sus círculos se lo permitían, eran respetadas y escuchadas. Por otro lado las que no contaban con un capital económico, eran las que arriesgaban más y salían peor paradas, el miedo de lo que les podía pasar las paralizaba y les impedía salir de las oscuras aguas en las que se encontraban.

Las mujeres de ahora

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Michelle Obama. / Twitter.

En el progresivo siglo XXI las mujeres trabajan, cuidan de sus casas y en especial de sus hijos. Estudian, crean, inventan y manejan empresas multimillonarias. Son presidentas, abogadas, maestras, periodistas, doctoras, madres y esposas. No tienen miedo a hacer valer sus derechos, las multitudinarias marchas en contra de Trump lo demostraron, son guerreras y le han dado un nuevo sentido al empoderamiento femenino.

A la historia pasaran Angela Merkel, canciller de Alemania desde el 2005 (y posiblemente se extienda un par de años más), Hillary Clinton, quien pudo ganarse al difícil pueblo estadounidense y casi llegó a ser la primera mujer presidenta de EEUU; Melinda Gates que paso de ser la esposa de Bill Gates ha utilizar su fortuna conjunta para buenas obras y crear un mejor futuro, la espontanea Michelle Obama la primera dama de color en la historia de EEUU que se fue de la Casa Blanca con índices de aprobación superiores a los de su marido.

Marie Curie una física y química que se hizo con dos premios Nobel en una sociedad muy machista del siglo pasado, Oprah Winfrey la toda poderosa que construyó un impero de medios de comunicación, la grandiosa Aretha Franklin quien acaba de informar su retiro profesional y encantó a mujeres y hombres, blancos y negros con su impactante voz, la socióloga Jane Addams ganadora del Nobel de la Paz, la presidenta israelí Golda Meir… la lista se extiende y seguirá extendiéndose puesto que las mujeres son inquietas, apasionadas, ambiciosas, fuertes y ahora son conscientes de sus derechos y que tienen que hacerlos valer para las próximas generaciones.

El próximo 11 de febrero será celebrado el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, un día especial creado para expandir los conocimientos y la igualdad, con motivo de romper las barreras que impiden a las mujeres disfrutar de las disciplinas científicas. 

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