La FAO y la OCDE advierten de que la pandemia empeorará la calidad de la alimentación mundial

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Una madre alimenta a su hija con arroz en Yemen / WFP ONU.
La crisis ya no es solo económica, sino sistemáticamente natural en la composición de los alimentos del mercado global por el mismo efecto del cierre masivo de las economías.
La FAO y la OCDE advierten de que la pandemia empeorará la calidad de la alimentación mundial

La humanidad no solo está confinada con al menos 3.800 millones de personas del total de la población mundial de 7.700 millones, sino que se encuentra en este período histórico de aislamiento social con condiciones de vida precarias, pues este ciclo biológico global sumirá en el hambre a 200 millones de personas en todo el mundo, según Naciones Unidas.

Pero lo más grave de esa situación es que la austeridad nutricional viene acompañada de un shock traumático para la economía y para el sistema de vida en general. Y es que la pandemia de coronavirus podría provocar “una conmoción histórica en el mercado alimentario global, con una caída de precios en la agricultura y un deterioro de la calidad de la alimentación en la población más pobre”, según lo advierte un informe presentado este jueves por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) sobre la agricultura en esta década, que termina con este convulsionado año 2020.

La crisis ya no es solo económica, sino sistemáticamente natural en la composición de los alimentos del mercado global por el mismo efecto del cierre masivo de las economías, la merma de la fuerza de trabajo, la caída de las inversiones por el temor de los grandes tenedores del capital mundial y el estado de retracción social por miedo al contagio que tiene en jaque a la humanidad. Este contexto podría provocar no solo la peor hambruna del siglo XXI, sino también un retroceso sin precedentes en la forma cómo los seres humanos que viven en las poblaciones y lugares más marginados del planeta, se alimentan en medio de esta crisis humanitaria y social de magnitud global. 

El documento de la FAO y la OCDE, con previsiones entre 2020 y 2029, alerta de un “escenario inicial sobre los efectos a corto plazo de la crisis del coronavirus, en el que el mercado de la comida vivirá un shock significativo por las menores rentas y un desempleo generalizado”.

Esto implica que la baja del consumo en un 30% en España y en un promedio global del 60% por la crisis económica mundial derivada de la pandemia, ha reducido los flujos de capital que se dirigen al mercado alimentario, que es uno de los más cotizados del mundo, así como el confinamiento de 3.800 millones de personas en todo el planeta y la caída de las inversiones han destruido puestos de trabajo que mueven la maquinaria y la infraestructura industrial encargada de procesar los alimentos que suministran las cadenas agropecuarias de países exportadores de comida por excelencia como Brasil (carne), Argentina (soja), Rusia (trigo), India (maíz), entre otros dentro de la extensa cadena productiva global que inicia con el cultivo de las tierras y termina con la comercialización de los alimentos en las redes de supermercados para los consumidores, que son el sector socioeconómico más lastrado por la actual crisis global. @mundiario

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