¿Si la familia es lo más importante, por qué hay resistencia a crear una propia?

Despunta el sol al este de San José, Costa Rica.
Amanecer.

Cuando alguien es preguntado responde que lo más importante para él es la familia, y si está fuera lo que más echa de menos también es la familia. ¿Es del todo cierto?

¿Si la familia es lo más importante, por qué hay resistencia a crear una propia?

Cuando alguien es preguntado responde que lo más importante para él es la familia, y si está fuera lo que más echa de menos también es la familia. ¿Es del todo cierto?

Antes, los salpicaderos de cualquier coche llevaban pegado un portaretratos con la mujer del conductor y sus hijos. Cuando la mujer empezó a conducir, lo cual ocurrió algo más tarde, empezó a ser frecuente llevar solo las fotos de los hijos, pero este cambio no es el objeto del artículo. Lo importante es que hubo una época muy reciente donde el objetivo de la vida era formar una familia propia, tener hijos, y ser capaz de mantenerla dígnamente formando personas de bien, con educación y principios morales. Ahora, desde que la crisis nos arrolló, la familia volvió a ser lo más importante para casi todas las personas, pero la familia a la que se refieren son los padres, hermanos y sobre todo sobrinos que es el mejor regalo que nos puede hacer un hermano o hermana. Esta familia, igual que ocurría antes, ya no se pega al salpicadero ni se pone en la mesa de trabajo, aunque sí figura escondida en el ordenador de forma preferente.

El motivo principal por el que se retrasa tanto la formación de una nueva familia, a pesar de la coartada económica, es que primero hay que vivir la vida. Igual que hasta hace poco el matrimonio se retrasaba a la entrada del piso, a un sueldo que permitiese alquilar uno, o a la finalización de los estudios u oposiciones. Ahora se ha perdido la ilusión de conocer a los nietos, de verlos crecer, o de jubilarse sin los hijos en casa. Es importante vivir la vida sin ataduras. ¿Y qué es vivir la vida? Sería fácil decir que calentar muchas camas, emborracharse cada semana, probar drogas, gastarse el sueldo entero en uno mismo, pero no sería totalmente cierto. Lo que subyace en el interior de muchos jóvenes (hasta los cuarenta más o menos) es el miedo al compromiso, lo que se retrasa es el compromiso y también debemos de admitir que muchas parejas se rompen cuando una de las partes quiere comprometerse. ¿Y por qué? Por el miedo al fracaso que tanto habita en la juventud de ahora que han sido criados en una sociedad y en unas familias protectoras, como amigos, han tenido siempre la oportunidad de esquivar los compromisos serios y poder vivir sin metas ambiciosas. 

El hecho de tener un elevado porcentaje de universitarios que estudian lo que les gusta, lo que resulta asequible, sin fijarse mucho en la salida profesional, es un claro síntoma, como también lo es hacer dos carreras o cursos y cursos sin fin.

Conviene matizar que lo dicho no significa que sea la actitud de la totalidad de jóvenes, quizás ni siquiera de la mayoría, pero es lo que marca a esta generación, los que cambian el mundo y la forma de entenderlo. España tiene sus particularidades como españoles, como mediterráneos y como latinos, pero si miramos a otros países veremos que lo que viene es una tendencia a un elevado porcentaje de familias monoparentales, y en los países del Norte ya hay un treinta por ciento de parejas de hecho y matrimonios que prefieren vivir cada uno en su casa, si puede ser como vecinos, y mantener un cierto grado de independencia. Claro que es más caro y no creo que cuaje aquí donde pagar el piso y la vida con un solo sueldo no es muy factible.

El ser humano evoluciona y se adapta al medio como cualquier otro ser vivo, por eso si la formación de la familia se retrasa hasta el limite, será que la sociedad nos proteje lo suficiente para que no sea necesaria, pero los padres que lo fueron tan tarde, desaparecerán pronto y esa familia que todos echamos de menos no existirá. Entonces creo que volveremos a agruparnos con parejas e hijos como siempre. El tiempo lo dirá. Mientras seguiremos  algunos seguiremos jugando con mis nietos que para eso nos casamos jóvenes, cuando incluso existían residencias de matrimonios de estudiantes,my tuve mis hijos joven a costa de perder ese "vivir la vida" que ahora encandila.

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