Fallece Estanislao Ramón Trives, uno de los mayores lingüistas europeos

Lo conocí durante dos años. Tuve la suerte de que fuera mi profesor durante Cuarto y Quinto de Filología. También estuvo en mi tribunal de tesis. Recuerdo con cariño las clases de Lengua y Sociolingüística de aquella Facultad con D.José María Jiménez Cano o Dña. Mercedes Abad. No me sucede lo mismo con la enseñanza de la Literatura.

Hace unos días me enteré del fallecimiento de D. Estanislao Ramón Trives, al que muchos consideran uno de los mayores lingüistas a nivel mundial. Yo soy uno de ellos. El problema que tuvo Ramón Trives es que no era ruso como Jakobson ni americano como Chomsky. D. Estanislao impartía clases en Murcia. Tampoco escribió una novela negra con monjes como protagonistas y un gran marketing editorial. 

¿Por qué Ramón Trives ha sido uno de los mayores lingüistas? Porque siempre iba más allá en sus investigaciones y en sus clases. Sus teorías del lenguaje eran la vanguardia de lo que se estaba estudiando en Estados Unidos y en las mejores universidades de Europa. Porque era un profesor y un investigador que defendía en sus clases una tesis del uso de la lengua basada en la última etapa de Wittgenstein, porque exponía en inacabables pizarras su visión del lenguaje sin necesidad de apoyarse en manuales o apuntes amarillentos como hacían otros docentes.

Porque publicó un libro titulado "Aspectos de semántica lingüístico-textual" en 1979 que sigue siendo novedoso, rupturista e insuperable pese al paso de los años. Sus artículos y ensayos profundizan en una tradición lingüística alemana y americana que muy pocos estudiosos en nuestro país se atreven todavía a encarar.

En sus textos, Trives intenta comprender que el mundo es un lenguaje por sí mismo y que las palabras son una forma de acceder a él, pero no a todo, sino a lo que cada sociedad y cultura habían seleccionado, así que siempre había algo indescifrable y místico en el mundo que la lengua jamás atraparía, y eso, como a Wittgenstein y a los grandes poetas, lo obsesionaba.

Lo que recuerdo de aquel sabio profesor fue su humildad y su generosidad. Era un hombre que rehuía medios de comunicación y homenajes barrocos. Su sencillez estaba inspirada por su capacidad de análisis y por su apasionante forma de entender el fenómeno lingüístico.

Me jode que apenas haya aparecido la noticia de su defunción en los medios. Me jode que en algunos periódicos provinciales ponga que ha fallecido un exdecano. D. Estanislao no era un decano. Era uno de los mayores estandartes del análisis crítico que debe tener una universidad. Era la razón que justifica la necesidad de las Humanidades. Y esa razón no es otra cosa que la excepción. Y ese profesor era la excepción cultural, intelectual y filológica. Eso de que nadie es imprescindible es mentira. En este caso, es la mayor de las mentiras.