Fallece Bernard Law, el hombre que encubrió el peor caso de pederastia en EE UU

Bernard Law fue un cardenal nacido en Torreón, México, en 1931. Su padre había sido un coronel de la fuerza aérea estadounidense y poco se sabe de su madre. Estudió en Harvard y fue ordenado sacerdote de la Iglesia católica en 1961. Tuvo una carrera que parecía ser ejemplar, pero todo esto se vino abajo cuando salió un reportaje del Boston Globe en 2002, en donde quedaba claro que Law fue la cabeza de una trama oscura en donde la diócesis de Boston se encargó de encubrir los casos de pederastia durante años.

Ese episodio fue expuesto en 2011, en la película ganadora del Oscar Spotlight, que narró todo el caso y el cómo los periodistas involucrados se enfrentaron a Law y toda una institución para poder hacer justicia. Ese caso solo fue la punta del iceberg, y desde entonces, muchos otros se han dado a conocer en lugares como Alemania, Irlanda o Australia.

La mano del poder

Con Law, el caso fue mucho más problemático, porque el artículo lo señaló directamente como la cabeza de la institución en Boston que fue responsable del traslado de distintos sacerdotes que habían cometido un acto pedófilo. La investigación fue bastante concreta: Law trasladó sacerdotes pedófilos a otras parroquias para evitar que sus casos fueran descubiertos y evitar que la Iglesia pasara por un escándalo. Con la movida, logró que cientos de niños y jóvenes inocentes fueran expuestos ante más abusos.

Este escándalo fue el golpe que obligó a que el Vaticano emprendiera una purga y empezara con nuevas políticas contra los abusos que se han cometido.

Durante el mismo año 2002 y ante tanta presión, Law se vio en la obligación de dejar el cargo como Arzobispo de Boston y se trasladó inmediatamente hasta Roma en donde siguió sirviendo a la Iglesia arcipreste de la importantísima basílica de Santa Maria Maggiore hasta el 2011. Luego se retiró y siguió viviendo en la Basílica hasta el día de su muerte a los 86 años de edad.

Estuvo frente a la Iglesia de Boston por 18 años, tiempo en que miró hacia otro lado y que sirvió para dejar al menos, a unas 500 víctimas que luego del escándalo, las institución tuvo que pagar una compensación de 100 millones de dólares que casi les dejó en bancarrota y que solo se salvó por la venta de tierras y otras propiedades. Llama la atención que a pesar de su implicación, el religioso jamás prestó declaración en los tribunales estadounidenses a pesar de ser considerado como la “figura central” de todo el caso de Boston. Pero si hay algo que dejó como legado, es que ahora, personajes como George Pell, el máximo responsable de las finanzas de la Santa Sede, está a punto de ser juzgado en Australia por actuar como Law. @mundiario