Falla el último intento de preservar a las vaquitas marinas
Lo que parecía ser la gran solución para rescatar a la especie en peligro de extinción, terminó siendo la estocada final de un mamífero más.
La vaquita marina, también conocida como los “pandas del mar”, son una especie que probablemente dejará de existir pronto. El raro mamífero habita entre la parte continental de México y Baja California y en los últimos años su población ha disminuido hasta un 90%, quedando apenas unos 30 espécimen en todo el mundo. El pasado 5 de noviembre, el grupo Vaquita CPR estaba llevando labores de rescate para poder tener a las pocas especies en cautiverio y asegurar su supervivencia, pero lo que parecía ser la solución, terminó convirtiéndose en el final otro espécimen que dejó horrorizado al equipo, suspendiendo así toda la iniciativa.
El grupo localizó a un grupo de marsopas y logró capturar a una de ellas para posteriormente colocarla a salvo. Todo parecía normal, la vaquita estaba calmada y no parecía estar estresada. Cuando llegaron al corral marino y la dejaron nadar, el mamífero empezó a nadar muy rápido, lo que quería decir que estaba estresado. Cuando los veterinarios se apresuraron a sacarla para regresarla hasta su hábitat natural, ya era muy tarde, la vaquita había muerto.
Este es el último intento de los expertos para poder preservar a la especie que ha ido desapareciendo por culpa del humano que ni siquiera está interesado en cazarlo. Resulta que las vaquitas quedan atrapadas en las redes de pesca, y por su tamaño tan pequeño, no logran salir o liberarse de ella, por lo que terminan ahogándose. Estas redes son colocadas cerca de su hábitat porque muchos pescadores quieren hacerse con el premio mayor, el pez totoaba, una especie que también está en peligro de extinción. El objetivo de los pescadores es hacerse con la vejiga de la totoba que puede costar hasta 50.000 dólares en China, siendo un órgano de buena suerte y estatus en el país asiático.
El plan original de Vaquita CPR, era capturar a los animales, mantenerlos y criarlos hasta poder regenerar la especie. Esto no podrá ser porque las vaquitas son animales tímidos y nerviosos, al capturarlos, estos se estresan y terminan falleciendo. En los últimos años, distintos grupos de conservación han recogido 23.000 metros de redes ilegales en el golfo, pero esto ha sido insuficiente gracias a que las políticas de México han sido deficientes a la hora de afrontar el problema. Desde 1993 México prohibió la pesca del totoaba, pero no fue hasta 2015 que con la desaparición progresiva de las vaquitas que empezó a recibir mucha más presión por parte de los grupos ambientalistas. Todo esto ha sido en vano y muy probablemente estamos frente a la desaparición de otra especie animal por culpa de la mano humana. @mundiario