La eyaculación femenina tiene nombre de un deporte de alto riesgo: squirting
El sexo es uno de los placeres que el ser humano más disfruta, pero aún queda mucho por descubrir de los secretos que esconde el orgasmo femenino, conocido como squirt.
El sexo es uno de los placeres que el ser humano más disfruta, pero aún queda mucho por descubrir de los secretos que esconde el orgasmo femenino, conocido como squirt.
Una mañana de primavera de esas en las que te sientas en el jardín con una taza de café y empiezas a reflexionar sobre tu vida sexual descubres que realmente sabes poco, o mejor dicho, no sabes si has sentido un orgasmo en plenitud. Empiezas a cuestionarte qué se está haciendo mal. Pero, ¿cómo comienza este interrogante? En mi caso, por ejemplo, por las palabras de un amigo que en su curiosidad me pregunta si alguna vez he sentido un squirting. Me hubiese gustado tener un espejo en frente para ver mi cara de circunstancias al no saber que responder, porque sencillamente no sabía qué significaba esa palabra. Pero en mi fisgoneo llegué a la conclusión de que más de una mujer no sabe lo que es el squirt.
Hablemos de ello. Primero, en términos de sexualidad, se sabe que tanto el hombre como la mujer tienen una eyaculación en el punto más álgido de la relación sexual, pero asociamos la expulsión de líquido al sexo masculino. Sin embargo, la mujer también puede echar un chorro de grandes cantidades de líquido eyaculatorio, similar al del hombre. Esto se conoce como squirting o squirt, que no es lo mismo que un orgasmo convencional.
El problema es que no es fácil conseguir que el cuerpo de la mujer alcance ese estado de excitación, es necesario estimular al máximo los puntos erógenos para que las glándulas de Skene segreguen el líquido generado en el punto G y lo expulsen en chorro como sucede en el orgasmo masculino. Eso no quiere decir que todas las féminas puedan lograrlo, ya que la genética influye, y mucho, porque según estudios llevados a cabo por el doctor Emmanuele Jannini, de la Universidad de L’Aquila, en Italia, es el tamaño de las glándulas las que decide si el fluido sale o se diluye en el interior, lo que explicaría la ausencia frecuente de este fenómeno.
Pero ¿cómo sabe una mujer que está a punto de experimentar un squirt? En el mismo instante en que practicando sexo sienta que quiere ir al baño es que las glándulas Skene están haciendo bien su trabajo y el chorro quiere salir. Sin embargo, este no se consigue solo con la penetración. Hombres y mujeres pueden tomar nota de algunos trucos que la feminista y experta en sexología Deborah Sundahl cuenta en su libro Female ejaculation and the G Spot (La eyaculación femenina y el punto G). Sin duda, alguno pondré en práctica para ver si funcionan o no, y así, responder mejor a la pregunta de mi curioso amigo.