Europol alerta a la UE de una red que vende pruebas falsas de covid-19

Agentes de la Policía Europea (Europol). / Pixabay
Agentes de la Policía Europea (Europol). / Pixabay
Este monopolio ligado a la covid-19 circula por Internet como si se tratara de una tendencia comercial en redes sociales. Se han detectado sus focos en España, Holanda y Francia.
Europol alerta a la UE de una red que vende pruebas falsas de covid-19

La delictividad no cesa. La pandemia no solo ha desnudado la profunda desigualdad sistémica que predomina en la humanidad, sino también el flagelo estructural de la corrupción como un modus operandi del crimen organizado. Incluso en medio de una profunda crisis humanitaria global, el lucro financiero a expensas de la especulación y de las necesidades sociales sigue expandiéndose como una especie de pandemia paralela; la de la ilegalidad. 

El robusto sistema de inteligencia del bloque de potencias occidentales más grande del mundo ha detectado una compleja red de defraudación financiera que obtiene sus flujos de capitales derivados del comercio ilícito del que tal vez sea el elemento médico más cotizado del planeta en estos momentos. Y es que la Oficina Europea de Policía (Europol) ha alertado este lunes a la Unión Europea de que “una banda de crimen organizado falsifica y vende falsas pruebas negativas PCR de la covid-19 a viajeros a través de Europa”.

Esto implica que los miembros de esa red se encargan de promocionar y negociar las ventas de las pruebas con los usuarios que están interesados en comprarlas para viajar, pues varios países del continente han exigido la consignación de pruebas PCR negativas de covid-19 a todo pasajero que entre a su territorio. El objetivo: evitar una nueva oleada de la pandemia que dificulte el proceso de vacunación destinado a inmunizar a la población de la UE, que busca retomar la normalidad de su sistema de vida en el orden económico y social tras el shock ocasionado por esta crisis de salud pública global. 

Dicha organización delictiva se llama Rathkeale Rovers Mobile Organised Crime Group, es irlandesa según los medios de dicho país, y utiliza supuestamente una aplicación de telefonía móvil para falsificar los resultados. Es decir, incurre en un grave delito informático con el agravante del fraude financiero, que conlleva estrictas penas de cárcel. Hasta ahora, Europol ha anunciado que tiene “pruebas de la existencia de varios grupos que hacen otro tanto y aprovechan aeropuertos y demás nudos de transporte para vender estos documentos a precios que pueden llegar a 300 euros cada uno”.


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Por lo tanto, no solo hay una red de vendedores, sino también de distribuidores, que se infiltran como pasajeros o ciudadanos comunes en el tráfico público para llegar a sus clientes personalmente con la prueba PCR falsificada a cambio de recibir los pagos en efectivo, pues para ese grupo es indispensable no dejar huellas en el sistema bancario con transferencias de fondo fácilmente rastreables por las autoridades reguladoras de la UE.

El problema de este monopolio es que circula con ventas por Internet como si se tratara de una tendencia comercial en redes sociales. Es por ello que los ‘nichos de mercado’ de esa organización se han expandido por el auge de la demanda de viajes en toda Europa. En Francia, por ejemplo, las autoridades policiales han descubierto una red que operaba en el aeropuerto Charles de Gaulle, en París, y se han producido varios arrestos. Allí, los precios oscilaban entre 150 y 300 euros. No se descarta que en los próximos días se produzcan detecciones de compradores y vendedores en el ecosistema digital de Italia, que es otro de los países afectado por las restricciones a los vuelos pese a estar situado en el Espacio Schengen de la UE. 

La lupa también está puesta sobre esta red clandestina incluso en un país que ya no forma parte del club de los Veintisiete: el Reino Unido, donde se pedían unos 100 euros en el aeropuerto de Luton; allí también hubo detenidos. En España, la Policía Nacional ha arrestado al menos a una persona que los ofrecía por 40 euros. Y en los Países Bajos, el precio exigido por los estafadores era de 60 euros.

La corrupción, la especulación, el lucro ilícito y la defraudación se unen como los factores que amenazan con alterar la relativa estabilidad del proceso de distribución y suministro de las vacunas contra la covid-19 en toda la UE, que hoy enfrenta la etapa más crítica de la pandemia desde que el epicentro mundial del brote en abril de 2020. @mundiario

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