Los estudios sobre la infancia nunca se han escrito

Niños jugando al fútbol.
Niños jugando al fútbol.
El abuso, la ignorancia y la malidicencia son elementos que han acompañado a los infantes durante muchos siglos.
Los estudios sobre la infancia nunca se han escrito

El semáforo está en rojo y una niña de ocho años aproximadamente se acerca al carro que está delante del mío, para vender unos caramelitos. Sale una mano velluda, gruesa, de hombre adulto, con una moneda entre sus dedos índice y pulgar, mientras que con el dedo meñique acaricia el brazo de la ofertante, ella sonríe inocente, y dice algo que no puedo identificar,  él vuelve a insistir sumando el dedo anular a esa expresión extraña de afecto. Desde mi posición, me incomodo, no alcanzo a divisar familiares, amigos. La niña está en completa indefensión. Para el mundo de la calle todo es normal, nadie se percata de lo que sucede. El semáforo se demora en cambiar; no me importa, yo asumo que es verde y disparo mi bocina, una y otra vez. El hombre me mira con odio por el retrovisor, vuelvo a pitar como si el claxon dijera: maldito hijo de …

Lloyd de Mause, a quien recordamos un año después de su muerte (23 de abril 2020), deja como herencia: Historia de la Infancia. El libro tiene casos y épocas que parecieran ser de ficción y que se encuentran incrustadas en nuestra genética humana: ¨…por desgracia los estudios sobre la infancia nunca se han escrito¨ como señala el sociólogo James Bossard, y a lo mejor nunca estén completos. Por eso De Mause se concentra en rescatar acontecimientos específicos y los conceptualiza con las teorías mas profundas del psicoanálisis.

El abuso, la ignorancia y la malidicencia son elementos que han acompañado a nuestros infantes durante muchos siglos y la literatura y la ciencia no ha profundizado en los elementos reales de esa etapa que tiene que ser segura, amorosa. Es que los conceptos de la seguridad psicológica que deben tener los niños, se ven desplazados por una etapa de ignorancia, confusión y maldad. Los biógrafos han sido los peores enemigos, porque ellos se han esforzado por describir una infancia idealizada, perfecta. Relatos específicos en los diferentes tiempos nos llenan de estupor. Son realidades que ha estado ahí pero al leerlas nos percatamos lo increíblemente insensibles que hemos sido, como humanidad.

Padres que en el siglo XVIII iban con su hijos pequeñitos a ver las ejecuciones de los condenados: horcas, aguillotinamientos, para luego exigirles que miraran ¨lo que sucedía con las personas si se portaban mal¨.  El uso de máscaras de terror para causar estupor en los pequeños, y lograr así que se calmaran, porque sino vendría el diablo y se los llevaría. Tener la creencia de que el llanto del niño que se bautizaba en la época medieval, era el grito desgarrador de Satanás que salía de un cuerpo y se convertía en santo porque era bautizado con agua fría. Son algunos de los casos que se narran, es que la mitología, la historia, y la literatura se entrelazan para darnos ejemplos de niños abandonados: Moises, Rómulo y Remo, Edipo, unos exitosos, otros con finales trágicos pero todos con infancias desgarradoras. Solo ahondando la realidad como lo hizo De Mause, podremos evitar historias traumáticas que se dan en los semáforos en rojo de la infancia. @mundiario

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