¿Es más fácil estudiar música para los que poseen altas capacidades?

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Yehudi Menuhin, niño prodigio. / Infovisual

Posiblemente la música representa una de las parcelas más visibles en que se manifiesta el talento precoz o la superdotación. Todos recordamos la figura de W. A. Mozart, dotado con unas excelentes capacidades que demostró a temprana edad.

¿Es más fácil estudiar música para los que poseen altas capacidades?

Existen diferentes opiniones sobre las características de los alumnos con altas capacidades. Estos alumnos han sido definidos como personas con unas necesidades específicas de formación dada esa alta capacidad que poseen, que les permitan potenciar y desarrollar las habilidades con que cuenta su especial talento. La música es uno de los ámbitos donde con mayor facilidad se pueden detectar las denominadas "altas capacidades" en los alumnos que las posean. Al parecer, y según Educaweb existen unos 105.000 niños superdotados en diferentes aspectos sin detectar.

Hace ya tiempo que la ciencia intenta averiguar los efectos positivos que la música tiene sobre nuestro cerebro. Incluso algunos estudios como el publicado en la revista Nature y otros anteriores, hablan del “Efecto Mozart”. Según estos estudios, las personas participantes mejoraron su C.I tras escuchar una determinada obra de Mozart.

Los estudios siguen en marcha pero, al parecer, obtienen resultados contradictorios, tendremos que esperar, pues, para saber si la música de Mozart tiene o no ese efecto “potenciador” que algunos científicos le atribuyen. Lo que sí parece haberse demostrado es el efecto terapéutico que la música del genio de Salzburgo tiene en algunos pacientes epilépticos.

Sea como fuere, si bien no es seguro que la música nos hace directamente más inteligentes, gracias a los estudios más recientes conocemos la influencia que la música tiene sobre nuestro cerebro, al escucharla y muy particularmente al practicarla, y en muchos puntos sí que mejora nuestras funciones cerebrales.

Lo que queda claro es que pocas o ninguna otra materia requieren de tanta actividad cerebral como la música y que la práctica de un instrumento nos ayuda muy concretamente a mejorar nuestras funciones ejecutivas, las responsables de una buena planificación, atención, toma de decisiones, etc..., a incrementar nuestra memoria y nos permite, además, concentrarnos mejor e incluso ser más creativos. Si a esto le añadimos el efecto balsámico y estimulante que tiene la música sobre nosotros y cómo nos hace sentirnos mejor, entenderemos fácilmente que practicar música equivale a un entrenamiento completo de nuestra mente. En definitiva, parecería que Nietzche tenía razón cuando dijo aquello de “la vida, sin música, es un error”. @mundiario


 



 


 

 

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