Gustavo Gareiz: "Callamos muchas cosas, por miedo, por costumbre o por ignorancia"

Letra de poeta.
Letras de poeta.

Entrevista al poeta argentino y colaborador de MUNDIARIO, a propósito de su obra El silencio rebelado, donde el lector encontrará una invitación a descubrirse, a repensarse, y a desnudarse.

Gustavo Gareiz: "Callamos muchas cosas, por miedo, por costumbre o por ignorancia"

He tenido el privilegio de entrevistar a Gustavo Gareiz, autor y profesor argentino, a propósito de su recientemente publicado libro de poemas "El silencio rebelado", del que me hizo llegar un ejemplar firmado desde el otro lado del charco, así como otro de su obra previa "Bestiarios urbanos". Mediante la presente entrevista, trataré de aproximar al público español la figura del que considero un gran autor por descubrir y el significado de su obra. En palabras del propio Gustavo, el lector encontrará en El Silencio rebelado Una invitación. A descubrirse. A repensarse. A desnudarse.

¿Quién es Gustavo Gareiz, en su faceta más poética?

- Soy un buscador, un curioso, un voyeur de las cosas más simples. Por eso, busco aquellas palabras que más jueguen con sus sentidos y sus formas, que me evoquen los sonidos de esas cosas. Cosas que están ahí, a la mano, como la carta robada de Poe; pero que, de no ser por la poesía, pasarían inadvertidas. Al menos, para mí.

 Paul Auster, indudablemente, es uno de mis principales referentes. Sobre todo, por su concepción del mundo

¿Cuáles son sus referentes?

Paul Auster, indudablemente, es uno de los principales. Sobre todo, por su concepción del mundo y la existencia como resultado de la eterna lucha entre el azar y la voluntad. Baudelaire, por su ánimo incansable para desnudar la verdadera belleza detrás de la artificiosidad de la gran urbe. Octavio Paz, como voz de América y como heredero del designio de Sor Juan Inés de la Cruz. Oliverio Girondo y Borges, como autores de mi tierra. Dos autores bien distintos y yo, en el medio, aprendiendo de esa tensión, caminando los adoquines de Buenos Aires y chapoteando en el barro de mi América Latina. Una tierra que muchas veces duele y, como decía un gran pensador de estos pagos, Rodolfo Kush, “hiede”. De ese hedor, viene mucho de mi poesía.

- ¿Qué diferencias existen entre Bestiarios urbanos y El silencio rebelado?

- Mi primer libro, Bestiarios urbanos, es resultado de un descubrimiento. Algo, creo, típico de todo escritor novato. Como dice una gran poetisa y amiga, Paula Novoa, uno se anima a desnudarse con la poesía. Y yo me animé por primera vez con la escritura poética. En este libro, quise hablar de la monstruosidad que despiertan las grandes ciudades, de las bestias escondidas en cada uno de nosotros y cómo perdemos nuestra humanidad.  El silencio rebelado, mi segundo libro, aparece tras seis años de no publicar en papel. Esto fue posible gracias a la generosidad del editor Diego Aristi y de su proyecto, Cave Librum Editorial, un emprendimiento independiente. Debo expresar mi enorme gratitud hacia él y su editorial.  El resultado es un libro precioso. Un verdadero objeto artístico. En él, juego mucho más con el lenguaje. Y también con las formas. Creo, como dice Jean-Claude Carriere, que busqué hacer hablar más al “reflejo mudo”. O sea, encontrarme más con el lector. Los poetas caminamos mucho por el borde del narcisismo. Con El silencio rebelado, siento que me he podido alejar unos cuantos pasos de Narciso.

¿Existe continuidad o es una evolución?

- Es una evolución, sin dudas. Soy más yo en este segundo libro. Pude, creo, poner un poco más la forma al servicio del sentido. En mi primer libro, experimenté mucho con las formas, pero faltaba algo más de sangre. “Menos es más” me dijo un gran amigo cuando lo leyó. La búsqueda, entretanto, continúa. 

¿Qué encontrará un@ lector@ no iniciado en el género en El silencio rebelado?

- Una invitación. A descubrirse. A repensarse. A desnudarse. Callamos muchas cosas, por miedo, por costumbre o por ignorancia. Los lectores se van a encontrar con uno de ellos. Porque, al escribirnos, nos leemos.

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