En un entorno de gran belleza, la montaña y el mar se funden en Cinque Terre

Vernazza. / Peter Burow
Vernazza. / Peter Burow

El trabajo secular de muchas generaciones ha transformado este territorio inaccesible de la costa italiana del mar de Liguria en un lugar con un paisaje de extraordinaria belleza.

En un entorno de gran belleza, la montaña y el mar se funden en Cinque Terre

Cinque Terre se sitúa mirando a la costa del mar de Liguria, en la Riviera italiana, próxima a la ciudad de La Spezia. Debe su nombre a los cinco pueblos que comprende: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. La región ocupa una superficie cercana a los 40 kilómetros cuadrados, en una escarpada pendiente con terrazas desde la línea de costa hasta las laderas montañosas circundantes, conformando un Parque Nacional que es Patrimonio de la Humanidad desde 1998.

Esta era una zona de tranquilos pueblos de pescadores y agricultores dedicados especialmente al cultivo de la uva formando terrazas en pendientes casi verticales. En la actualidad Cinque Terre depende casi exclusivamente del turismo, desde mochileros hasta turistas alemanes o americanos de alto presupuesto. Su atracción principal es la caminata a lo largo de los acantilados de pueblo en pueblo con el inconveniente de una creciente masificación.

Tal es la avalancha de visitantes, especialmente en verano, que está poniendo en peligro un lugar tan hermoso Patrimonio de la Humanidad. Por ello las autoridades italianas se están planteando reducir drásticamente el acceso de turistas que visitan Cinque Terre, desde este mismo verano, con el ánimo de preservarla, al llegar a la conclusión de que este pintoresco rincón no puede soportar la llegada de más de dos millones y medio de visitantes cada año. Lo que se pretende es devolver una relativa tranquilidad a este conjunto de coloridos pueblos que otrora habían sido un remanso de paz.

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