Con ellos, de vuelta al ayer

Les Escaules. / Gustavo Catalán
Les Escaules. / Gustavo Catalán
Me pregunto si tendrá algún valor lenitivo, de consuelo, el trasladar la añoranza a un escrito.
Con ellos, de vuelta al ayer

Durante nuestra obligada estancia en Figueres (Girona) para resolver una dramática situación, decidimos una tarde ir a cenar, con mi hermano y las respectivas esposas, a Les Escaules, lugar que muchas décadas atrás frecuentábamos junto a nuestros padres, ya fallecidos. Pero fue llegar y allí estaban como antaño, sentados en la mesa que era un remedo de la de entonces; el escenario sin cambio alguno y, al fondo, la cascada que guardábamos con celo en la memoria, dando razón al aserto azoriniano de que, vivir, es ver volver.

Allí estaban; sentados y a un tiempo flotando en las aguas: del riachuelo precipitado desde treinta metros y las de unas súbitas lágrimas que evidenciaban el duelo renacido por aquellas imágenes del pasado en común, embalsamado y surgido otra vez en un presente de catarata y arboleda: sentimientos que alimentaban, con hilos de tristeza, los mismos colores que nos admiraban cuando sentados junto a ellos, acariciados por la puesta de sol y el murmullo del agua.

La sensación, mirándonos con mi hermano los ojos húmedos, no precisó de palabras porque ambos sabíamos que estábamos respirando a un tiempo su luz y sus cenizas.

La cena una delicia, aunque cualquier cosa, presos de la nostalgia entre verdes del musgo y espumas de recuerdos,  habría merecido el mismo juicio. Pasadas ya un par de semanas, me pregunto si tendrá algún valor lenitivo, de consuelo, el trasladar la añoranza a un escrito. Pero he querido hacerlo para decirme también, y dotar de valor positivo a la tristeza, que estar vivos implica recordar. Y hacerlo en Les Escaules era un propósito que finalmente pude culminar. @mundiario

Comentarios