El "Fenómeno Tunguska" de 1908: Más de cien años de misterio en Siberia

Hace exactamente 105 años, en junio de 1908, una poderosa explosión arrasó los bosques de Siberia central. ¿Que provocó tan extraño evento?.
Hace exactamente 105 años, en junio de 1908, una poderosa explosión arrasó los bosques de Siberia central. ¿Que provocó tan extraño evento?.
En junio de 1908 una poderosa explosión destruyó bosques en un área de miles de quilometros cuadrados en Siberia central. Han pasado 105 años y aún no se sabe con certeza qué fue lo que sucedió.
El "Fenómeno Tunguska" de 1908: Más de cien años de misterio en Siberia

REFLEXIONES PRELIMINARES.- Técnicamente jamás se dijo la última palabra sobre el Acontecimiento Tunguska, algo que probablemente no sea negativo ya que demuestra que la ciencia -con todas sus maravillosas virtudes- carece de verdades absolutas.

La ciencia es, de lejos, el instrumento más preciso, confiable, seguro y universal de explorar la naturaleza, y por serlo -como afirmaba Francis Bacon en el "Novum Organum" hace 400 años- nos permite confrontar el mundo real, indagarlo, escrutarlo y, en definitiva, "manipularlo"; en otras palabras: nos proporciona poder. Pero ese poder es, y siempre va a ser, limitado.

Siempre es bueno que exista "una zona de penumbra" (Einstein afirmaba que "el misterio es la cosa más bella que podemos experimentar"), porque en definitiva no es sino la imprecision de esas regiones limítrofes e inciertas, las verdaderas sombras, las que alimentan y motivan el espíritu, la inteligencia de los hombres.

Si bien las evidencias sugieren, como veremos, que los argumentos más convincentes son los de un inusitado evento astronómico, el Fenómeno Tunguska es uno de esos casos donde se expone la incapacidad real de tomar decisiones sin ambigüedad. Pero pasemos sin mas dilaciones a las teorías.

LA NAVE ALIENÍGENA.- Quizás la hipótesis menos consistente y más extravagante sea la que popularizó el escritor A Kazantzev a fines de los años 40; él propuso que en 1908 un vehículo espacial procedente de otros mundos llegó a la Tierra para proveerse de agua de la mayor cuenca de agua dulce de nuestro planeta: el lago Baikal, que se encuentra a menos de mil quilometros del lugar donde se vio la bola de fuego que origino la explosión. La nave, afectada por serios problemas técnicos, se habría desplomado en la región de la Taiga siberiana desintegrándose en un gran estallido nuclear.

Por supuesto que las objeciones a esta teoría son numerosas, entre ellas debemos recordar que en el terreno del impacto no había radiación como lógicamente deberíamos esperar en el caso de una detonación nuclear, pero tampoco existe el más ligero indicio, ni siquiera un minúsculo trozo de la nave espacial destruida.

Por otra parte si una civilización extraterrestre llegara hasta nuestro vecindario cósmico bien podría proveerse de agua en otros lugares del sistema solar: las lunas mayores de Júpiter se encuentran cubiertas de agua helada y los anillos de Saturno están formados por diminutos iceberg.

LA HIPÓTESIS DEL AGUJERO NEGRO.- Otra de las teorías, propuesta en 1973 por los norteamericanos A. Jackson y M. Ryan, afirma que un mini Agujero Negro de menos de un milésimo de milímetro de radio y cien billones de toneladas de masa habría llegado desde el espacio profundo con velocidad parabólica (unos 42 quilometros por segundo) y atravesado nuestro planeta sin dejar rastro alguno, excepto por la onda de choque y el frente de calor producido al atravesar la atmósfera.

Los Agujeros Negros se producen por el colapso gravitatorio de estrellas hipermasivas, pero -de acuerdo a ciertas teorías cosmologicas- el universo primitivo habría creado, debido a las condiciones extremas de presión, densidad y temperatura, Agujeros Negros masivos de tamaño inconcebiblemente pequeño.

No obstante, un Agujero Negro de estas características debería provocar un cráter de tres quilometros de diámetro y su paso a través del cuerpo solido del planeta abriría un túnel de rocas fundidas provocando un movimiento sísmico mil veces mas poderoso que el mayor terremoto jamás sufrido por la Tierra. Obviamente nada de esto sucedió en 1908.

EL METEORITO.- Llegamos finalmente a las dos hipótesis mas plausibles sobre este fenómeno. La primera afirma que un gigantesco meteorito accidentalmente encontró a la Tierra en su camino y la golpeó en la región de Siberia con una potencia descomunal.

Sin embargo se han formulado una serie de objeciones de gran peso a esta teoría: en los años 20 la Academia Sovietica de Ciencias se hizo cargo del asunto y envió a la remota Taiga a los primeros exploradores con la intención de confirmar o negar las versiones que durante décadas circulaban entre cazadores y pastores de la región y que había recogido la prensa local.

El pueblo de los Evenkos en particular hablaba de la destrucción completa de un bosque por una "bola de fuego de resplandor cegador que había atravesado el cielo de  Sureste a Noroeste a las siete de la mañana del 30 de junio de 1908".

Las noticias que llegaban a San Petersburgo de la fría Siberia eran consideradas habladurías y exageraciones de gente inculta e ignorante, razón por la que durante mucho tiempo no se le dio trascendencia. Recién en 1927 el mineralogista A. Kulik arribó al epicentro del fenómeno con la esperanza de encontrar un enorme cráter producido por la caída de un objeto celeste; pero para su decepción solo encontró marismas, pantanos y numerosos hoyos de cinco a diez metros de diámetro llenos de agua cubierta de musgo. Inmediatamente se pensó que esos hoyos fueron producidos por fragmentos de un meteorito que había estallado en el aire. Sin embargo exploradores posteriores realizaron excavaciones y no encontraron ningún resto del presunto cuerpo celeste.

Un estudio más exhaustivo demostró que la magnitud del fenómeno requería el impacto de un bólido de entre cien mil y un millón de toneladas con una velocidad igual o superior a los 12 quilometros por segundo. Sin embargo, una roca proveniente del espacio con esa masa y velocidad habría soportado perfectamente las fuerzas aerodinámicas de torsión y el roce con la atmósfera; es decir habría llegado casi intacta al suelo, provocando, en consecuencia, un cráter de dimensiones considerables.

LA CAÍDA DE UN COMETA.- El hecho concreto del Suceso Tunguska es que hubo una poderosa explosión, una onda de choque atmosférica de magnitud extraordinaria que tiró al suelo a personas y arrancó tiendas de los nomades Evenkos a decenas de quilometros del centro de la explosión.

La onda de presión -según se supo muchos años después- se propagó a la velocidad del sonido y, al igual que la onda producida por la erupción del volcán Krakatoa en 1883, dio una vuelta entera al planeta habiendo sido registrada en la misma ciudad de Washington ocho horas después del fenómeno.

El frente de presión fue acompañado por una onda de calor de duración muy breve que volteó, quemó y arrancó de raíz las Coníferas de tronco alto de los bosques de la Taiga que fueron dispuestos radialmente en un área cuyo diámetro se extendía por unos ochenta quilometros.

Los testigos relataban haber presenciado una "cosa de brillo enceguecedor" a pesar de la luz solar, que atravesó como un rayo el cielo dejando tras de si una estela que, en las localidades situadas bajo su trayectoria, apareció como una inmensa columna vertical de humo "negro como el infierno".

Muchos de los Tunguses -habitantes de la Siberia central- declararon haber visto en el horizonte por donde la "cosa" había desaparecido, un resplandor de color azul seguido por un estampido que se escuchó en un radio de mil quinientos quilometros.

Por el efecto destructivo, y comparando los sismogramas del fenómeno con los de explosiones nucleares, se ha podido calcular una energía desarrollada de aproximadamente veinte megatones (unas mil veces la potencia de la bomba de Hiroshima) producida a ocho quilometros de altura.

El astronomo I. Astapovich y el meteorologo F. J. Whipple han sugerido que el Acontecimiento Tunguska se debió a la colisión de la Tierra con un núcleo cometario de más de un centenar de metros de diámetro.

Los núcleos cometarios están constituidos por sustancias volátiles- principalmente hielo de agua- y la cohesión de las partículas es extremadamente débil, tal como lo demostró la sonda interplanetaria Deep Impact cuando estudió la estructura del cometa "Tempel 1" en julio de 2005. Por otra parte la composición altamente porosa de estos cuerpos facilitaría su desintegración en el aire provocando una detonación de gran magnitud antes de llegar al suelo.

La explosión en el aire de un cuerpo celeste de estas características provocaría una onda de choque atmosférica y secundariamente una onda térmica de temperaturas abrasadoras tal como la que calcinó los bosques en la región de la Tunguska Pedregosa.

Si bien la explicación del fenómeno siberiano mediante el encuentro fortuito entre un cometa y la Tierra es para muchos investigadores concluyente, no se ha determinado hasta ahora como un astro de estas características pudo pasar inadvertido para los astrónomos durante las noches anteriores al impacto. Los investigadores argumentan que el núcleo cometario probablemente se encontraba agotado y no tenia suficiente reserva de sustancias volátiles (característica que lo hace visible y espectacular con su cola y cabellera). Se sugiere, además, que la trayectoria de caída indica que procedía de una dirección muy próxima angularmente al sol, razón por la que permaneció virtualmente invisible hasta segundos antes del impacto.

CONCLUSIONES.- Como hemos visto las teorías son numerosas y disimiles. Lo cierto es que el Fenómeno Tunguska de 1908 no ha sido, aún, definitiva y satisfactoriamente explicado, y es un típico ejemplo de aquellos eventos cuyo registro se lleva a cabo en esa región de penumbras que constituyen las fronteras más inciertas de la ciencia moderna.

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