¿Por qué EE UU no quiere compartir sus 300 millones de vacunas sobrantes?

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el Despacho Oval de la Casa Blanca. / BBC
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el Despacho Oval de la Casa Blanca. / BBC

EE UU tiene 300 millones de vacunas de AstraZeneca guardadas en almacenes porque no ha autorizado su uso. La presión internacional para que las done aumenta. 

¿Por qué EE UU no quiere compartir sus 300 millones de vacunas sobrantes?

Estados Unidos tendrá unas 300 millones de vacunas sobrantes contra la covid-19 a finales de julio. Así lo ha adelantado un informe firmado por expertos en política sanitaria de la Universidad de Duke, que han lanzado un pedido clave a la administración de Joe Bien: compartir las dosis con otros países para frenar la desigualdad en la distribución mundial de fármacos. 

El estudio sostiene que la potencia mantiene 300 millones de vacunas de AstraZeneca guardadas en almacenes porque todavía no ha autorizado su uso. Las autoridades sanitarias han explicado que el país todavía espera los resultados de su ensayo clínico sobre el polémico inoculante anglo-sueco… pero, mientras tanto, hay una buena cantidad de dosis paralizadas que podrían estar siendo administradas en los otros 70 países que ya han dado su bendición a la inyección (entre ellos España).

La situación ha dado paso a una presión internacional para que EE UU done sus excedentes: el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) ha propuesto al Gobierno de Biden que regale el 10% de las dosis sobrantes durante el verano y el 50% para fin de año. Los responsables se han comprometido a atender esta petición, pero han evitado fijar plazos o cantidades. 

El secretario de Estado Antony Blinken ha sido más claro: EE UU no puede donar las inyecciones de forma generalizada hasta que esté “más seguro” sobre sus propios suministros. En esa misma línea se ha expresado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki: “¿Por qué no estamos en el punto de compartir dosis con todos los países del mundo? En parte porque tenemos que planificar las cosas que se avecinan”. “Vamos a empezar asegurándonos de que los estadounidenses sean atendidos primero, pero luego intentaremos ayudar al resto del mundo”, ha insistido el presidente Joe Biden. 


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¿Y qué tal si liberan a las reglas de propiedad intelectual? 

Pero la donación de las vacunas sobrantes no es la única demanda que pesa sobre el Gobierno estadounidense. 170 premios Nobel y exjefes de Estado de 100 países ha firmado una carta pública pidiendo al mandatario demócrata que renuncie a las reglas de propiedad intelectual para las vacunas contra el coronavirus y “anteponga el derecho colectivo a la seguridad de todos a los monopolios comerciales de unos pocos”.

Los firmantes defienden que esta medida ayudaría a ampliar la capacidad de fabricación mundial “sin obstáculos por parte de los monopolios industriales que están impulsando una grave escasez de suministros que bloquea el acceso a las vacunas”.

“Las naciones más ricas del mundo acaparan gran parte del suministro a corto plazo. Al ritmo actual de administración de vacunas, 92 de los países más pobres del mundo no vacunarán al 60% de su población hasta 2023 o incluso más tarde”, han alertado los doctores Krishna Udayakumar y Mark McClellan, expertos en salud de Duke. @mundiario

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