La editorial Devenir publica La senda honda, un poemario de José Manuel Ramón

La senda honda, de José Manuel Ramón/ La Galla Ciencia
La senda honda, de José Manuel Ramón/ La Galla Ciencia

"¿Y qué será de la memoria cuando el cuerpo se desploma?", escribe José Manuel Ramón en este poemario en el que reflexiona sobre existir en la naturaleza.

La editorial Devenir publica La senda honda, un poemario de José Manuel Ramón

"En el jardín/ en el que descansa el hombre/ en la vega del dolor hay negros sauces/ sotos oscuros que consagran/ sus hojas a los azudes/ del camino" (pág. 43) Este verso es representativo de la obra que José Manuel Ramón ha publicado en Devenir, La senda honda, donde el sujeto es un intermediario entre la naturaleza más genesiaca y la palabra como manifestación de esa disolución a la que el poeta se entrega cuando se siente perdido; un náufrago en esa inmensa devastación que, sin embargo, es aprovechable desde la escritura.

Aprovechable porque el autor, al reconocer que no es nada ante esa versatilidad del mundo, se fusiona con el paisaje y parece que sus palabras son un rastro, una evanescencia, un flujo de partículas que rememora esa endeble consistencia del hombre ante la naturaleza en un sentido metafísico: "Amanece blanco sol escarchado/ creciendo aire en un confuso reflejo./ Merma serena de la fruta muerta". (pág. 42).

Lo que diferencia a estos textos de los modismos actuales es su hermetismo, no entendido como una forma de ocultación, sino como una forma de rebelarse y revelar que somos una confusión en la dinámica de todo lo vivo. Las influencias barrocas del poemario son una muestra de la rotundidad con la que el poeta asume que ya no es hombre, sino vertiente de la luz, caudal de un río: "Como el continuo de agua/ que lentamente clarifica/ los troncos de los árboles/ también pulpa aroma y humo/ se proyecta la tarde/ lentamente/ sobre el pecho que me oprime" (pág. 57).

En el prólogo del libro, el escritor y poeta José Luis Zerón acierta al escribir que: "El autor huye de la planicie, de los caminos seguros por trillados, se adentra en hendiduras, hondonadas, vaguadas, barrancos, tajos y gargantas sin brújulas ni mapas, moviéndose por caminos profundos poco hollados para dar cuenta de su voluntad permanente de transcender el lenguaje y de su creencia en el mundo físico como ámbito de religación del ser con el cosmos". (pág.7).

La senda honda, de José Manuel Ramón/ La Galla Ciencia
La senda honda, de José Manuel Ramón. / La Galla Ciencia
Un canto tribal a la expansión del universo
La verdadera utilidad de la poesía es esa resignación de José Manuel Ramón a acatar que el universo devora la materia para regenerarla y, en ese proceso, nosotros somos un elemento más, así que el estoicismo se convierte en la motivación de este poemario que no deja de ser un canto tribal a la expansión del universo y a su ramificación fractal en el paisaje: "Vértigos trae el viento nuevos/ pues no hay lugar para que el día/ continuamente nos mantenga/ enteros." (pág. 48).

 

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