El Ficcionario informa sobre dónde tirar, de día o de noche, los cristales rotos

Pese a las inevitables concomitancias de ciertas palabras, el Ficcionario de esta semana no va a hablar del principio y fin del Holocausto; tratará sobre las diferencias entre el cristal y el vidrio a la hora de su reciclaje, sobre la gestión de la vejez en personas, alimentos y plantas; y sobre otros conceptos dispersos que, más allá de la mera ordenación alfabética, resulta imposible agrupar.  

vastar. En relación con algún propósito, como la adquisición de un terreno o la demostración de los conocimientos que uno posee, resultar suficiente por su considerable extensión o amplitud. Lo que no implica necesariamente que un terrateniente haya de tener muchos o pocos conocimientos ni que un sabio haya de atesorar una rica hacienda o, tal vez, ni siquiera tener un sitio donde caerse muerto. En este caso, la correlación no se prolonga más allá de la eventual conjunción de los ejemplos.

vastonazo. Garrotazo propinado a lo ancho de la víctima, interesando amplias zonas de su cuerpo. Quienes tienen las espaldas anchas son, de siempre, quienes mejor aguantan los vastonazos.

vasurero. Sitio donde se arrojan los vasos que escapan a la protección de San Vasilio o aquellos otros que por viejos se van desechando. Los vasos y las copas de cristal, a diferencia de los de vidrio, no deben echarse a los contenedores verdes de reciclaje, ya que contienen óxido de plomo (que les confiere características peculiares, como el sonido y el brillo) que no puede fundirse en los mismos hornos. Mientras que el vidrio puede reciclarse infinitas veces sin perder ninguna de sus propiedades, el cristal no es reciclable. Y es que, aunque parezcan lo mismo, vidrio y cristal son materiales esencialmente diferentes: la estructura molecular del vidrio es amorfa, mientras que la del cristal se caracteriza por su geometría regular. Resumiendo: los objetos de vidrio deben depositarse en el iglú verde, mientras que aquellos elementos de cristal que no resulten peligrosos (cristales procedentes de vajillas o de ventanas y espejos) se deben tirar al mismo contenedor que la basura orgánica. Al menos mientras no se habilite el correspondiente vasurero.

vatear. En el lenguaje culto, componer obras poéticas.

vatidora. Instrumento de alta precisión con el que se baten o trituran los vatios para observar sus unidades mínimas constitutivas y acercarnos, de este modo, a la comprensión última de la naturaleza de la electricidad, de manera similar a como se aceleran determinadas partículas para analizar sus restos tras chocar entre sí y conjeturar acerca de los componentes últimos de la materia.

vayadar. Protección que alguien dispone ante el temor de que un objeto lanzado por otros "le vaya a dar". El escudo con que se protege la policía antidisturbios en las manifestaciones violentas es un ejemplo de vayadar.

vayar. Rodear lo que un interlocutor dice con diferentes variantes semánticas de la interjección "¡vaya!"; unas veces para denotar admiración ("Vaya poema más hermoso!"); otras asombro ("¡Vaya, vaya, qué calladito te lo tenías!") y algunas más incomodidad o molestia ("¡Vaya con la valla! Un solar en construcción").

veduino. Árabe nómada que habiendo renegado de la religión musulmana vive en el desierto norteafricano guiado por las revelaciones de los Vedas, de espaldas a Alá.

vegestorio. Modo despectivo de llamar a un gestor por el mero hecho de ser viejo, como ha denunciado el representante del colectivo, Óscar Camal. Recientemente, la denominación se ha extendido a los programas informáticos que controlan la apariencia y ubicación de las ventanas o marcadores en un ordenador y se han quedado anticuados.

vegez. Estado en el que ingresan los alimentos distribuidos por el grupo Végé cuando caducan. El grupo Végé es una cooperativa italiana de distribución de alimentos a gran escala que desde 1959 opera en diversas áreas regionales y con diferentes marcas (recuerdo su logotipo en el cartel de una pequeña tienda de ultramarinos, la de Agustín Zaragoza, que había cerca de mi casa), si bien desde 1999 hasta 2014 operó en el mercado bajo el nombre de Interdis (lo que me hizo creer que había desaparecido). Sabedores de que mientras se crece no se envegece, el pasado año se alió con la firma española Grupo IFA.

vegiga. Órgano en forma de bolsa en el que las modernas máquinas inteligentes depositan su orina, como resultado de las recientes investigaciones cibernéticas tendentes a aplicar algunos mecanismos de regulación biológica a los nuevos ordenadores.

vegonia. Vega dedicada por entero al cultivo de una clase de plantas de jardín de hojas matizadas de diversos colores y flores rosadas pequeñas.

veículo. (catalanismo). El coche del vecino. Una referencia social que no conviene perder de vista.

veintrílocuo. Dicho de una persona: que sin mover la boca ni los labios es capaz de hablar de veinte maneras diferentes.

vejazzión. (angl.). Maltrato infligido al jazz, generalmente por razón de la incompetencia musical del intérprete.

vejarana. Mujer de Béjar (Salamanca) que siente inclinación morbosa por humillar a otras personas cuando está de juerga.

vejetal. 1. Planta de edad avanzada. 2. Planta con mucho morro para ser una planta.

vejetar. Limitarse un vejete a realizar las funciones fisiológicas mínimas para vivir, sin otro interés o deleite.

vejetariano. Abuelete que sólo se alimenta a base de productos vegetales y no prueba la carne, aunque todavía transige con algunos productos derivados de animales como los huevos, la leche o la miel.

veleydad. Cualidad de la persona propensa a cambiar con facilidad las leyes o normas, según su capricho. O quizá sea porque se ha dado cuenta de que su reciclaje, a diferencia del cristal, no plantea ningún problema. @mundiario