Después de los cuarenta años se entra en una etapa muy interesante

Gente.
Gente.

El miedo es el verdadero enemigo de las personas que entran en esta  etapa y ese miedo desaparece cuando lo vuelves a intentar y no dejas de soñar, destaca este autor.

Después de los cuarenta años se entra en una etapa muy interesante

El miedo es el verdadero enemigo de las personas que entran en esta  etapa y ese miedo desaparece cuando lo vuelves a intentar y no dejas de soñar, destaca este autor.

 

Pasar el lindero de los 40 años supone entrar en una etapa muy interesante desde los planos mental y físico. Muchas personas han tenido ya un divorcio y otros viven vidas realmente confusas. Es difícil poder afirmar que llegas a esta etapa  sin ninguna decisión de ruptura o aceptación en los términos sentimentales y personales. Estas rupturas se producen en el plano de parejas o en el plano de lo que soy y quiero llegar a ser.

Los cambios físicos también son manifiestos: una estructura corpórea que de manera mágica va adoptando la forma de nuestro espíritus, es decir, de la forma en que pensamos y vivimos. Las amarguras y las incomodidades se vuelven manifiestas en nuestros cuerpos, y la felicidad de la aventura de vivir también. Incluso en la manera que sonreímos. Es tan palpable que una sonrisa (real) es tan perfectamente detectable, y nos vuelve mas fuertes y vitales.  

Aparecen los deportes, el ejercicio, los temas de salud integral y los conceptos de interpretar la vida son parte de nuestra agenda de vida y lectura.  Esa es la fotografía general de esa realidad.

Es importante saber que en nuestro interior hay una verdadera batalla en la mente y en la conciencia. Los replanteamientos de esas realidades en las que creíamos son constantes. La moralidad y la espiritualidad tienen un puesto predominante en las discusiones con tu yo interior.

Los aparentes éxitos y fracasos de los que viven en nuestro alrededor son constantes instrumentos de medición, y mas aun los comentarios de los amigos y familiares, son los que tratan de definir una realidad que casi nunca es la que desearíamos. Ellos, “bien intencionados”, tratan de definir nuestra realidad, con sus propias realidades. Lo peor de esta disyuntiva es que terminamos aceptando su decisión y luego caemos en depresiones que se manifiestan en largos comportamientos dicotómicos que terminan pasando factura a las oportunidades que aparecen o que están por aparecer.   

Esa es la fotografía general de esa realidad pero quiero hacerte un planteamiento desde el punto de vista de la energía y el buen vivir. Quiero que entiendas que llegar a esta etapa ha costado lo que te ha costado vivirla. Que la aceptación de tus realidades y el conseguir los logros que te han hecho feliz son y han sido  casi siempre tu decisión. Que cuando has confiado, que cuando has amado, es justo ahí cuando has sido feliz.  Es irónico pensar que la felicidad está en los consejos de una sociedad enferma que acepta vivir del que dirán, de las mediciones del ego, y de una cantidad de conceptos alejados de tu realidad. Esto es y será siempre una fuente de frustración.

Tu verdadera felicidad esta en tu interior. En soñar, en reír, en vivir, y en entregar. El recibir no es fuente de verdadera  felicidad, solo recuerda los momentos mas felices y te darás cuenta que no es, por lo que has recibido, sino por lo que has estado  dispuesta a dar. El amor y el odio son fácilmente manejables. El amor desbarata el odio, y el odio desaparece con el olvido, pero lo realmente peligroso es el miedo. El miedo a intentarlo, el miedo a las consecuencias, el miedo a querer vivir esa vida que siempre has soñado. El miedo de perdonar, el miedo de querer, el miedo de  perder las ganas. El miedo a sentir lo mismo que sentiste cuando eras feliz, el miedo a confiar de nuevo, el miedo a volver a intentarlo,  el miedo al que dirán, el miedo a ser feliz.

Osho al respecto dijo: "El miedo está compuesto de ignorancia del propio yo". Solo existe un miedo: se manifiesta de muchas maneras, de mil y una formas, pero básicamente el miedo es uno, y ese es que "en lo más hondo, existe la posibilidad de que yo no sea, y que no lo intente". Yo reforzaría este argumento al decirte que el miedo radica en no intentarlo de nuevo.

El miedo es el verdadero enemigo de las personas que entran en esta  etapa y ese miedo desaparece cuando lo vuelves a intentar y no dejas de soñar.

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