El desorden mental que provocan los videojuegos

Jóvenes ante sus videojuegos. / Ron Lach en Pexels
Jóvenes ante sus videojuegos. / Ron Lach en Pexels

La adicción a los videojuegos es un nuevo trastorno mental que se ha incrementado con la pandemia.

El desorden mental que provocan los videojuegos

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adicción a los videojuegos es un nuevo trastorno mental —que se puede prevenir y debe ser tratado—, por lo que ha sido incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades (IDC, por sus siglas en inglés).

Desde hace algún tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está preocupada por ciertos comportamientos adictivos observables en niños, adolescentes y adultos y que llevó a algunos países, como por ejemplo China, a establecer fuertes limitaciones respecto al uso de los juegos en línea: los menores de ese país solo pueden dedicarle tres horas semanales.

En este marco, es que recientemente la OMS actualizó la Clasificación Internacional de Enfermedades, agregando dentro de los problemas mentales a un tipo de trastorno al que denominaron el "desorden por videojuegos", una adicción, como dije al inicio, que se puede prevenir y debe ser tratada.

Esta nueva afección, que puede ser persistente o recurrente, se naturaliza en Internet y se caracteriza por un consumo abusivo: existe un aumento compulsivo de la duración, intensidad y frecuencia de la actividad recreativa, pasando ésta a ser una prioridad dentro de los intereses o actividades cotidianas del individuo.

Además, pese a tener consecuencias negativas, ya que cambia el comportamiento del usuario, la conducta se mantiene estable en el tiempo o se repite. Por ejemplo, si el usuario, ya sea un niño, un adolescente o un adulto, juega de forma constante, casi sin parar y adquiere un comportamiento solitario o tiende a aislarse; es decir, deja de salir con sus amigos, de practicar su deporte favorito, de relacionarse con sus padres, no estudia o baja notablemente su rendimiento académico, no duerme y sólo desea pasar su tiempo con los juegos, éstos son signos que nos deberían poner en alerta y conducirnos a buscar ayuda.

Creative en Pexels  Jessica Lewis

Jóvenes ante sus videojuegos. / Jessica Lewis en Pexels

Para algunos especialistas en salud mental, el buen uso de los videojuegos estimula ciertas habilidades cognitivas, como la atención, la percepción, la memoria y las funciones ejecutivas, aunque los excesos llevan a generar adicción, comportamientos antisociales y estrés: éste puede incluir problemas auditivos, dolores de espalda y otras lesiones. Parece ser que el abuso está asociado con el sistema de recompensa del cerebro: esto quiere decir que tras un logro en el juego se produce una inmediata satisfacción y placer que lleva a repetir —se liberan altas concentraciones del neurotransmisor dopamina que provocan, en principio, euforia, luego indiferencia y falta de motivación o entusiasmo (apatía) y finalmente ansiedad—; incluso, algunos juegos están diseñados para que esto suceda y así lograr que el internauta aumente su consumo.


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Ahora, si nos contextualizamos en la pandemia de la covid-19, la que ha generado diferentes cambios en nuestras rutinas y formas de vivir, ha llevado a aumentar el estrés y este a adquirir otros comportamientos y/o mecanismos de escape, quizá en un modo defensivo; dentro de estos últimos podemos mencionar al uso y abuso de los medios digitales, como juegos y redes sociales. Y sin lugar a dudas, los excesos siempre son malos, por lo que aumenta el riesgo de desarrollar conductas adictivas.

Para finalizar, voy a graficar esta problemática recordando a Cam Adair, un canadiense de 32 años  quien da charlas en todo el mundo sobre los peligros de la adicción a Internet y quien confesó públicamente a la BBC haber vivido un infierno, donde  la pandemia potenció su adicción, que lo llevó a mentir y hasta querer quitarse la vida. Además, enfatizó y recordó que dejó la escuela secundaria, no fue a la universidad y fingía tener diversos trabajos para engañar a su familia; incluso una noche escribió una nota de suicidio, situación que le hizo visualizar que necesitaba ayuda. @mundiario

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