El Ficcionario descubre ante sus ojos velos de justicia y opresión

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Ponerse una venda en los ojos puede significar negarse a conocer la verdad, pero también puede servir para tomar decisiones sobre la base de criterios más justos y racionales.

El velo de la justicia corresponde al deseo de que las apariencias sensibles no perturben la objetividad e imparcialidad de las decisiones; el de la opresión, por contra, impide que los ojos que ven sean vistos y levanten pasiones.

El Ficcionario descubre ante sus ojos velos de justicia y opresión

Esta semana el Ficcionario se pone la venda en los ojos para hablar de velos y de velas, de los vecinos ocasionales y de los bailes de verano en los pueblos; así como también se detiene en las curiosas implicaciones morales y estéticas que acarrea la salida de una cantidad desmesurada de vello en el cuerpo.     

vélico. Relativo a las velas o a los velos.

velicoso. 1. Dícese del que pretende imponer el uso del velo por la fuerza.  2. También se dice de quien cose a la luz de una vela. O del coso iluminado por velas. O del que cose las velas de un barco, sin que exista necesidad de que ninguna de estas cosas se haga de forma violenta.

veligerancia. 1. Imposición por la fuerza del velo. Desde su particular interpretación del Corán, el Estado Islámico no sólo ha pretendido dominar el territorio con las armas, sino conseguir también la sumisión de las mujeres implantando, entre otras cosas, un estricto código de vestimenta que les obliga a ocultar sus ojos bajo un doble velo (el hiyab o pañuelo de la cabeza no es suficiente) y un amplio ropaje ("abaya") confeccionado para evitar que su cuerpo aparezca insinuado bajo la tela. Las mujeres que se niegan a llevarlo cuando salen a la calle son detenidas y golpeadas. 2. Actitud del que, no conformándose con velar las armas, toma por arma las velas. Y de entre todas ellas, por su mayor poder amenazante al ser esgrimida, elige un cirio.

vellaco. Vello pícaro y granuja.

vellaquería. Perversión o ruindad consistente en tomarle el vello a una persona. Una medida profiláctica para evitarlo consiste en depilarse.

velleza. Cualidad de aquellos que exhiben gran cantidad de vello en el cuerpo o en la cara. La velleza es un problema particularmente delicado en el caso de las adolescentes, ya que el vello corporal y facial, por motivos estéticos, suscita rechazo y puede acomplejar a la persona. Para no causar malentendidos y evitar la burla fácil, el problema se ha redefinido en el lenguaje médico como hirsutismo. No es lo mismo llegar a la consulta y decir "Doctor, mi velleza me está arruinando la vida. Quiero que acabe con ella" que afirmar "Me gustaría tratar mis problemas de hirsutismo para que no acaben con mi belleza".

vellota. Fruto que tendrían que producir los cabellos tan fuertes y sanos como un roble.

velozidad. Ligereza o prontitud en fregar la loza. Pese a que en otros aspectos de la vida les gusta ir demasiado deprisa, conozco a muy pocos jóvenes amantes de la velozidad; a la mayoría hay que conducirles a empujones hasta el fregadero.

vendecir. Decir "ven", con el propósito de que alguien se traslade o llegue hasta donde está el que habla. "Si tú me dices ven, lo dejo todo...", cantaban Los Panchos. Claro que, si es para fregar la loza...

vendición. Acción de bendecir impartida con una venda en los ojos. Si el sacerdote no viera a quien bendice, su invocación de protección divina sobre los fieles sería absolutamente imparcial y no estará guiada por interés o preferencia subjetiva alguna. Tal y como Dios manda. Por similares razones, la Dama de la Justicia que adorna icónicamente juzgados y tribunales suele representarse, al menos desde el siglo XV, con los ojos vendados. Y el filósofo estadounidense John Rawls (1921-2002), para garantizar la imparcialidad de los principios de justicia que una sociedad establece y aplica al funcionamiento de sus instituciones, se ha referido con la expresión "velo de la ignorancia" al hecho de que la discusión acerca de dichos principios habría de hacerse desde una posición en que los participantes no supieran de antemano el lugar que van a ocupar en la sociedad. De este modo, los hipotéticos "legisladores" ignorarían su futura condición sexual, su raza, religión, sus capacidades intelectuales, su aspecto físico, su estado de salud, su situación económica y laboral, su origen... Y es de suponer que así, sin saber uno si va a ser hombre o mujer, blanco o negro, homosexual o heterosexual, inmigrante o nativo, pondría especial cuidado en rechazar cualquier clase de norma discriminatoria, porque él podría ser el primer afectado. Ahora bien, al margen de la dificultad de empezar desde cero que el planteamiento requiere, haciendo tabla rasa de la existencia de bienes y propiedades consolidados y de derechos y privilegios adquiridos, no resulta fácil admitir cómo el capitalismo o el liberalismo pudieran garantizar el respeto a dichos principios. O, lo que es lo mismo, en la práctica seguimos sin ser capaces de reconciliar de un modo justo las ideas de libertad e igualdad.

vendito. El Señor en manos de Judas: vendido, traicionado.

venerea. Dícese de la enfermedad de transmisión sexual que ha afectado a Nerea.

veocio. Se dice de aquél que, independientemente del lugar en que ha nacido, en vez de las oportunidades de actividad y trabajo que ofrece el mercado sólo ve ocasión para el descanso y el tiempo libre. Los hijos de padres ricos son, generalmente, veocios; los demás apenas tienen ocasión de elegir.

vervena. Fiesta popular con música y baile al aire libre que, con motivo de verse las venas unos vecinos a otros (y así comprobar su estado tras el paso del tiempo), suele celebrarse durante las noches de verano en muchas localidades españolas. Porque durante el invierno, estando ocultas debajo de camisas, jerséis y abrigos, resultaría mucho más difícil mostrarlas.

vestialidad. Brutalidad o barbaridad relacionada con la forma en que alguien vestía. Considerar que una agresión sexual pudiera estar justificada, como ha insinuado algún juez, por el hecho de que la mujer llevara minifalda es un buen ejemplo de vestialidad.

veyudo. 1. Dícese del que practica cierto arte marcial de origen japonés y tiene el cuerpo recubierto de abundante vello. 2. O del que, siendo lampiño, es aficionado a verlo a través de las retransmisiones deportivas.

vezino. Con respecto a Pascual Quiera, alguien que alguna vez habitó en su mismo barrio, pueblo o ciudad. Siento decirlo: ¡No hay vezinos de toda la vida! @mundiario

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