La desastrosa respuesta a la pandemia convierte a Brasil en una amenaza mundial

Sanitarios contra la Covid-19. Twitter.
Sanitarios contra la Covid-19. / Twitter.

Los científicos temen que el epicentro de la pandemia sea una incubadora de nuevas variantes y cepas. 

La desastrosa respuesta a la pandemia convierte a Brasil en una amenaza mundial

Brasil colapsa por la Covid-19. El país, epicentro actual de la pandemia, es el único que supera los 3.000 muertos por coronavirus cada 24 horas. Los contagios están desbocados, los enfermos graves aumentan y los hospitales superan su límite. La desastrosa política sanitaria de Jair Bolsonaro ha convertido al gigante sudamericano en una amenaza mundial.  

Las alertas internacionales han comenzado a saltar: los científicos temen que Brasil puede ser ahora una incubadora de nuevas variantes y cepas. Los países que comparten fronteras (siete en total) han decidido tomar medidas para protegerse ante el aumento de casos por la contagiosa variante brasileña. En Venezuela, Perú y Bolivia, tres regiones fronterizas, los positivos se han disparado por millón, de acuerdo con el recuento de Our World in Data.

España, que ha levantado las restricciones de entrada de pasajeros del Reino Unido, ha optado por prorrogar el bloqueo a los vuelos de Brasil y Sudáfrica hasta mediados de abril, ante el riesgo de la expansión de las nuevas variantes del coronavirus.

En territorio brasileño, la situación es extrema: al menos tres Estados (Acre, Rondonia y Rio Grande do Sul) han agotado las plazas en la UCI. Y en el resto de centros médicos del país el 90% de las plazas ya están ocupadas. La médica Margareth Dalcomo, de la Fiocruz, reconoce que lo peor podría estar por venir: “abril puede ser aún peor que marzo”. “La alta tasa de transmisión, el número de casos entre los más jóvenes, el ritmo lento de vacunación por escasez de vacunas, la mortalidad, el agotamiento de los sanitarios, y lo más triste, por el número de muertos”, añade.

Para entender el impacto de la intensa transmisión, solo hace faltar revisar el último dato del Imperial College de Londres: cada 100 brasileños que se infectan con el virus actualmente contagian la enfermedad a otras 123 personas.

 

Bolsonaro reacciona… un año después

La OMS ha exigido al Gobierno federal que actúe con firmeza ante la emergencia, al tiempo que ha instado a coordinar esfuerzos con el Congreso y el Poder Judicial. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que durante un año ha intentado minimizar el impacto de la Covid-19 de todas las formas posibles, ha anunciado la creación de un gabinete de crisis debido a la presión del Congreso y de los economistas.

“La vida en primer lugar”, ha dicho el mandatario, sin aclarar cuáles serán las medidas que se adoptarán en un país en el que la mayoría de la población, incluido el presidente, no respeta las recomendaciones básicas de aislamiento social y uso de mascarilla.

“Las mutaciones pueden ocurrir en cualquier lugar, pero cuando no existen condiciones propicias para su proliferación, desaparecen. Desgraciadamente ese no es el caso de Brasil”, ha alertado el virólogo José Eduardo Levi. "Brasil es el ejemplo de todo lo que podía salir mal en una pandemia. Tenemos un país con unos dirigentes que, además de no implementar medidas de control, minaron las medidas que teníamos, como la distancia social, el uso de mascarillas y, durante mucho tiempo, también las vacunas. Nos convertimos en una amenaza global", ha añadido, por su parte, Denise Garrett, epidemióloga y vicepresidenta del Instituto de Vacunas Sabin (Washington). @mundiario

  

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