El Derby, el café clásico de toda la vida en Compostela, no volverá a abrir

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El Derby.

El café Derby, fundado en 1929, cerró en marzo. Su propietaria, Victoria Domínguez, de 85 años, dice que no volverá a abrir. Es una lástima, cuando está a tan solo nueve años para ser centenario.

El Derby, el café clásico de toda la vida en Compostela, no volverá a abrir

Por “a rúa das Orfas” –calle Huérfanas–, se sale del recinto histórico de Compostela hacia la Plaza de Galicia, donde estaba el edificio modernista Castromil lamentablemente  derruido en 1975. Al final de la calle a la izquierda, después de la Ferretería El Yunke de los Bernal, también cerrada, estaba la puerta de entrada al café Derby, café donde en su día se reunían artistas, intelectuales, profesores y médicos para charlar amigablemente.

En los años setenta del pasado siglo los estudiantes compostelanos apenas entraban en el Derby. Recuerdo haber llevado a mi madre a tomar café o encontrarme con mi novia, que me esperaba al salir de clase cuando venía desde Madrid. En las dos ventanas de la calle Huérfanas, casi a ras de suelo, se veían una  mesa y silla que invitaban a pasar el tiempo leyendo en tan tranquilo lugar.

Allí entonces se podría ver al catedrático de Prehistoria e Historia Antigua y Medieval Carlos Alonso del Real. En otros tiempos se sentaban otros personajes conocidos como Ramón María del Valle-Inclán.

Eso era el Derby, un café elitista, un sitio tranquilo, con el mejor café, un clásico de toda la vida pensado para reunión de la gente bien de la ciudad. En el Derby celebraron tertulia muchos intelectuales de distintas épocas, como Suárez Picallo, Rafael Dieste, Ramón María del Valle-Inclán, Maside, Isaac Díaz Pardo, Domingo García Sabell o Carlos Casares. El Derby era sitio de reunión de galleguistas donde exponían sus ideas desde la constitución del Partido Galleguista en 1931, acudían Castelao o Seoane entre otros.

La historia del café Derby empieza el año 1929 cuando el empresario Avelino San Luis decide adquirir un local para café del estilo de los de Madrid. Paga por ello una alta cantidad e invierte mucho dinero para transformar el local. Para ello compra mármol de Carrara en Italia para el mostrador, madera de caoba en Cuba para el zócalo, pintado por Díaz Valiño, vidrieras de estilo veneciano, lámparas de cristalitos, mesas de madera para convertir el café en un lugar de moda.

Al cabo de cinco años en 1935 el empresario decidió traspasarlo a sus dos camareros, uno  de  ellos era  Manuel Domínguez  Nieto. Lo regentó hasta el año 1989 cuando pasó a su actual propietaria, su hija Victoria Domínguez. Ahora Victoria, que ya ha cumplido 85 años, ha anunciado que cierra definitivamente, sus  hijas se lo exigieron. Es el fin de un café histórico, ya no se celebran tertulias, si acaso entraban grupos de estudiantes a tomar cerveza, atendidos eso si por sus  camareros con chaleco negro y camisa blanca: un clásico. @mundiario

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