¿Se puede erradicar la violencia si está tan presente en los productos audiovisuales?

Una imagen ilustrativa de la violencia de género. / RR SS
Imagen de la violencia de género.

Se quiere erradicar pero se fomentan videojuegos donde se premian las agresiones y los muertos, se estrenan multitud de películas dominadas por la violencia y toleradas para menores.

¿Se puede erradicar la violencia si está tan presente en los productos audiovisuales?

La violencia es una manera de intentar resolver conflictos con formas del pasado para defendernos de otros agresores o para realizar conquistas que garantizaran la supervivencia, pero que hoy ha dejado de ser necesaria y debería entrar en decadencia hasta desaparecer y ser sustituida por la solidadridad. El proceso está en marcha aunque hay cosas que lo ralentizan, la principal es el ponerle adjetivos o nombres diferenciadores como si fuera un cáncer, pero a diferencia de aquel la violencia es una sola, la que ejerce el fuerte contra el débil, y el más fuerte puede serlo físicamente, por poseer instrumentos para ejercerla, o por ascendente moral.

Erradicar solo una forma de violencia es imposible. La sociedad lucha contra las agresiones en todas sus modalidad pero su éxito está muy limitado porque se toleran las causas que las producen. Es como si lucharamos contra el cáncer mientras fomentásemos todos los factores cancerígenos, tabaco, polución, amianto, determinados alimentos, etc. Pues con la violencia ocurre algo así, se quiere erradicar pero se fomentan videojuegos donde se premian las agresiones y los muertos, se estrenan multitud de películas dominadas por la violencia y toleradas para menores, aunque sería suficiente con el morbo de los noticieros que juzgan y prejuzgan los hechos durante meses y hasta años. Digamos que cualquier niño de hoy en día ha visto, y seguirá viendo, múltiples asesinatos, violaciones y abusos, donde para mayor agravante comienzan a ganar los malos, y lo que es peor, ven a sus padres agredir verbal o fisicamente a sus profesores, o conocen otros niños a los que le ha ocurrido, ven gente que agrede a la policía, ven bullying, ven el machismo, y muchos de ellos han sido educados en una hiperpaternidad sin disciplina ni valores. Es duro pero ocurre, son los niños que mañana serán agresores.

Digamos que cualquier niño de hoy en día ha visto, y seguirá viendo, múltiples asesinatos, violaciones y abusos, donde para mayor agravante comienzan a ganar los malos, y lo que es peor, ven a sus padres agredir verbal o fisicamente a sus profesores, o conocen otros niños a los que le ha ocurrido, ven gente que agrede a la policía, ven bullying, ven el machismo, y muchos de ellos han sido educados en una hiperpaternidad sin disciplina ni valores.

Erradicar una forma de violencia aisladamente en un entorno donde reina la violencia generalizada, es imposible, pero no por ello debemos conformarnos. Debemos hacer algo para proteger a los más débiles, mujeres, niños y ancianos. Hay dos tipos de violencia, la machista y la pederatia, que a diferencia de otras formas se producen en lugares muy concretos, principalmente en el hogar o en sitios de actividades infantiles. En el hogar es donde ocurren los casos de violencia machista pero tambien las agresiones físicas o sexuales a menores, y a veces a los ancianos que residen con los hijos. Es dificil controlar la intimidad del hogar pero sí aleccionar a los padres para que sepan detectar su problema antes de que se culmine. No se trata de que los padres no puedan mantener una sensualidad con esos niños a los que abraza y besa cariñosamente, sino que sepan que hay signos (humedecerse, dilatarse, endurecerse los pezones o, en el caso de los hombres, una erección) que indican la barrera a la sexualidad que nunca se debe sobrepasar. Es muy duro reconocer que esto pueda ocurrir pero ocurre. Y sobre todo se debe advertir al niño cuáles son los signos que deben denunciar inmediatamente aunque hayan ocurrido con padres, tios, o cualquier otra persona, por ejemplo que los organos sexuales nunca deben ser tocados, ni debe él tocar, o cuando alguien le dice "no lo cuentes" con o sin presión, debe contarlo inmediatamente.

Otros lugares donde los casos de pederastia se han dado por miles son colegios, clubs deportivos, campamentos, y lugares donde hay menores y tutores en contacto y con posibilidades de hacer apartes. Siempre se ha criticado establecer vigilancia o que los menores no puedad ser aislados porque conlleva una presunción de culpabilidad. Esto no es así, cualquier acto donde pueda surgir la violencia se vigila y se controla para evitarla y no por ello debemos sentirnos sospechos.

Erradicar una forma de violencia aisladamente en un entorno donde reina la violencia generalizada, es imposible.

Las mujeres son más reacias a denunciar por el miedo que las paraliza, como estamos viendo que cada diez muertes por violencia de género solo en dos hay denuncias. Por esta razón son los vecinos y familiares quienes deben estar atentos y denunciar sospechas de agresiones, amen de revisar nuestras leyes tan garantistas donde un agresor, incluso con imágenes grabadas salga impune por falta de denuncia privada o por pruebas obtenidas de forma no tipificada.

Resumiendo, la violencia no tiene apellidos, la ejerce el fuerte contra el débil y debe castigarse duramente y no fomentarla nunca, pero hay dos formas de ella, la de género y la pederastia, que pueden y deben prevenirse sin negar su existencia y admitiendo de una vez que está demasiado generalizada. Tolerancia cero. No ocultemos casos sean curas, familiares, tutores, profesores, y sobre todo educando a las posibles víctimas sobre los síntomas precursores que deben denunciar.

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