¿Se debe premiar a los funcionarios por ir a su puesto de trabajo?

Pleno municipal en el Ayuntamiento de Algeciras / ERASMO FENOY
Pleno municipal en el Ayuntamiento de Algeciras / ERASMO FENOY

Quizá la sociedad clama por castigar a los holgazanes, despedir a los incompetentes y tener un sistema público excelente.

¿Se debe premiar a los funcionarios por ir a su puesto de trabajo?

El Pleno del Ayuntamiento de Algeciras (Cádiz) ha aprobado, con el apoyo de todos los grupos excepto una no adscrita, un extra salarial de productividad para aquellos funcionarios que no falten a su puesto de trabajo. Su idea es reducir el absentismo laboral.  Para cumplirlo, los trabajadores no podrán faltar más del 4,5% de los días a su trabajo, es decir, unos diez días. Quedan exentos de estos días las intervenciones quirúrgicas, cesáreas, enfermedad o accidente grave que comporte ingreso hospitalario, fallecimiento de familiares, accidentes de trabajo, estudios de perfeccionamiento profesional, permisos de paternidad y maternidad, lactancia, vacaciones, licencias sindicales, el cumplimiento de deberes inexcusables, permisos de matrimonio o registro de parejas de hecho, asistencia a víctimas de violencia de género. Es decir, casi todo. Parece que solo quedan fuera de esta lista las bajas médicas por enfermedades leves. El costo para las arcas municipales asciende a casi 350 000 euros para casi 700 empleados. Es importante señalar que Algeciras cuenta con unas 120 000 personas y cuya deuda supera los 200 millones. Hagan ustedes las cuentas. No sé... A mí me parece una maniobra electoral.

Algunos dirán que hay empresas privadas que lo hacen. Me parece perfecto. Es su dinero y emplean sus beneficios en su activo más importante, los trabajadores. No tomen estas líneas como la criminalización del funcionario. He trabajado para la Administración Pública durante años y he visto trabajar a los abnegados empleados públicos con desdén. Muchas veces escasos de recursos y de personal. Pero todos sabemos que en todos los sectores hay sinvergüenzas. El problema quizá, es que si estos sinvergüenzas están en la empresa privada, se van a la calle. Y en el caso de los funcionarios, al ser prácticamente imposible despedirlos, si hay alguno que sea un incompetente, gandul, o sencillamente caradura, la única forma de evitar el absentismo, es pagarles dos veces por hacer su trabajo... y con el dinero del contribuyente. Con el dinero de todos.

¿A nadie se le ha ocurrido la medida opuesta? Si un trabajador se ausenta injustificadamente de su puesto de trabajo se le penaliza económicamente, y si reincide, se le despide. Lo malo de esta medida es que es tremandamente impopular. Hay quienes creen que la mejor defensa del servicio público es permitirles todas sus fechorías. Todos queremos que los servicios púbicos sean eficientes. Que sean los mejores. Y para ello, es necesario que aparte de aprobar la consabida oposición, el trabajador sea excelente. Y si se demuestra objetivamente que alguien no cumple con su trabajo, que se vaya a la calle. Da igual que sea ordenanza, administrativo, trabajador social, médico, maestro, policía o juez. La sociedad debe clamar por la excelencia del funcionario. El objetivo es que nuestro sistema público sea el mejor y para ello, necesitamos a los mejores trabajadores y no convertir el empleo público en un pozo sin fondo de caraduras y sinvergüenzas.

Piensen.

Sean buenos. @mundiario

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