Un año del atentado de "Charlie Hebdo" ¿Es el momento de conmemoraciones?

Portada Charlie Hebdo.
Portada Charlie Hebdo.

Lo digo alto y claro: tengo miedo. Un miedo espantoso. Miedo por nuestros hijos. Tengo miedo cada vez que dejo a mi hija en el colegio y escudriño alrededor del portal quién y qué coches se acercan.

Un año del atentado de "Charlie Hebdo" ¿Es el momento de conmemoraciones?

Desde el lunes, pongas lo que pongas en la televisión o en la radio, busques lo que busques en la red: estamos de aniversario. Me pregunto qué sentido tiene tanta conmemoración, tanta placa y tanto documental especial, cuando apenas hace unas semanas hemos vivido el mismo horror multiplicado por diez.

Es cierto, el atentado de “Charlie Hebdo” marcó un antes y un después por la simbología, por la premeditación y la atrocidad. Por lo inesperado y lo cruel, pero yo no puedo olvidar que las tumbas de las víctimas de los atentados de noviembre aún están calientes. Que centenares de familias han pasado las Navidades llorando la pérdida de uno, dos y hasta tres familiares entre familia directa y política… que a muchos niños este año Papá Noel les importó un comino.

Reviviendo y viendo (es casi una obligación) esos malditos documentales uno se pregunta cómo pudo ocurrir el atentado del 13 de noviembre pasado.

Soy de las que también opinan que Hollande estuvo a la altura de las circunstancias una vez ocurridos los atentados, pero… ¿estuvo a la altura todo el equipo de su gobierno para poder evitarlos?

Hace un año, Amedy Coulibaly, el ciudadano francés que mató a una policía municipal en Montrouge y que al día siguiente asesinó a otras cuatro personas y aterrorizó a varios clientes de un supermercado hypercasher, lo advirtió claramente a sus rehenes: «Somos muchos, estamos organizados. Yo voy a morir, pero vendrán más y con más armas y morirán muchas más personas».

Desconozco si un atentado como el del 13 de noviembre se puede evitar o no, (supongo que no) pero las palabras de Coulibaly, tal vez debieron haber sido tomadas más en serio. La mayor parte de los asesinos del Bataclan tenían expedientes policiales por terrorismo. La persona que los cobijó estaba fichada por asesinar a hachazos a un joven. Varios de ellos habían regresado de Siria.

Todos insiste en que el atentado de "Charlie Hebdo" fue un ataque contra los principios de la libertad y los valores de La República Francesa, pero, y no lo disculpo, los responsables del periódico eran en cierta medida conscientes y estaban informados del peligro que corrían. Una pesadilla ¡por su puesto! pero podían imaginar, sobre todo después del ataque a la antigua sede del periódico, y que algunos de ellos tuvieran guardaespaldas, que en la peor de sus pesadillas un horror así podía ocurrir…

Ese no es el caso de los cientos de jóvenes, que fueron asesinados solo por ser jóvenes y vivir sus vidas… ¿dónde está la ofensa? ¿dónde esta el pecado? ¿dónde la solución? Eran jóvenes de varias nacionalidades, razas y religiones, en pareja y con su pareja, en familia y con su familia, entre amigos y con sus amigos...

A pesar de la tristeza, el terror y el pánico que el ataque a “Charlie Hebdo” me produjo, reconozco que pude volver a hacer una vida normal… supongo que como lo hicieron las 130 víctimas mortales (y los más de 300 heridos) del 13 de noviembre. Pero desde entonces todo es diferente. Todo ha alcanzado otro matiz. Todo se esta mezclando y sin la intención, como proclaman muchos medios, de hacer amalgamas. Colonia, emigrantes, Siria, Daesh, hijos que matan a sus madres públicamente, mujeres asesinadas por otras mujeres por dar el pecho a su bebé, violadas, secuestradas o en cautividad por su propia voluntad, jóvenes que se escapan a Siria y regresan para asesinar y se hacen explotar por el profeta Allah…  ¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos? ¿Qué vida de terror les va a tocar vivir? ¿En qué barbaridad estamos metidos?

Lo digo alto y claro: tengo miedo. Un miedo espantoso. Miedo por nuestros hijos. Tengo miedo cada vez que dejo a mi hija en el colegio y escudriño alrededor del portal quién y qué coches se acercan… y lo siento si puedo herir a alguien con mi comentario, pero cuando veo a alguien con velo las piernas me tiemblan… Tengo miedo cuando mi pareja coge el tren a Paris todas las semanas, y me pregunto si va a regresar sano y salvo el viernes próximo. Tengo miedo de los aeropuertos, de las estaciones, de coger un avión, un autobús o un tren. Cuando lo hago, no dejo de ver, rever, y revisar de arriba abajo toda la gente que está a mi alrededor y, reconozco, que me resulta muy difícil no tener prejuicios…

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