¿Cuándo el mundo tendrá la tan esperada vacuna contra la Covid-19?

Vacuna para el coronavirus. / RR SS
Un ensayo clínico de una vacuna experimental contra la Covid-19 y, en el fondo, la imagen computarizada de la apariencia genética del coronavirus / Pixabay.
La humanidad entrará en una nueva era que modificará para siempre su sistema de vida una vez que logre inmunizarse contra el factor que detonó la peor crisis mundial del siglo XXI.
¿Cuándo el mundo tendrá la tan esperada vacuna contra la Covid-19?

La agenda de la comunidad internacional y de los Gobiernos tiene hoy una sola prioridad: establecer una nueva política de seguridad global, que no está basada en protecciones nacionales contra guerras o atentados terroristas, sino en un blindaje sanitario contra el llamado ‘enemigo invisible’, que tiene a la humanidad sumida en una crisis social y en un ciclo biológico de alto impacto económico, humanitario, comercial e incluso político. El activo que hoy nuestra civilización lucha por adquirir es el de la inmunidad genética contra el patógeno que ha desencadenado la peor crisis multidimensional del siglo XXI y una de las más graves de la historia.

La pandemia de coronavirus se ha convertido en el nuevo condicionante del alterado sistema de vida de la civilización posmoderna. La globalización solía ser, hasta enero de 2020, el espacio natural de convivencia de Gobiernos, países y personas que formaban parte de ese proceso como el estadio perenne de evolución de esta era tecnológica hacia un ciclo mucho más digitalizado e interconectado en todos los ámbitos de la vida humana. Sin embargo, estalló una crisis biológica que retrotrajo a todos los países del mundo a un estado psicosocial y socioeconómico donde la norma es hoy la subsistencia y la expectativa de que el poder de cada nación controlará la emergencia en sus distintos tenores según sea el estatus de la Covid-19 en cada población.


Quizás también te interese:

¿Qué implica que EE UU esté cerca de aprobar una vacuna contra la Covid-19?


El resultado más evidente es lo que ahora conocemos como la ‘nueva normalidad’, un término que las élites políticas utilizan para referirse al contexto de emergencia, la distorsión del sistema de vida y la completa alteración de la dinámica social-económica. Es decir, no es más que un eufemismo mediante el cual los Gobiernos camuflan una dura realidad: la normalidad de la era pre-pandemia está lejos de regresar y, probablemente, nunca llegue a ser igual. 

Entonces, la gran consecuencia de esta emergencia global es la configuración de un escenario mundial donde ya está en curso una carrera financiera entre los países periféricos del sistema capitalista, es decir, los países pobres, los subdesarrollados y los que están en vías de desarrollo, que dependen de las cadenas de valor y suministro que los conectan con los países desarrollados -especialmente los que integran el G7; las siete naciones más industrializadas y poderosas del planeta- para acceder a capitales o incluso donaciones humanitarias de insumos médicos que les permitan atender las crisis hospitalarias en sus países, así como también garantizar el dinero o las gestiones diplomáticas previas a fin de que logren tener acceso a la vacuna contra el coronavirus una vez que las grandes potencias coordinen su distribución mediante un eventual programa sanitario-humanitario mundial de vacunación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque esa logística, probablemente, llegará a ser canalizada entre Rusia, China y Reino Unido con el ente rector de la salud pública global sin la participación de Estados Unidos, que por su conflicto comercial, económico, tecnológico y geopolítico con China por el dominio del mundo, anunció hace un par de meses su salida de la OMS, lo que podría implicar una acción unilateral de la potencia norteamericana como el principal vendedor de la vacuna en América y Europa. 

La pregunta clave que actualmente se plantea la comunidad científica internacional es cuándo la humanidad podrá disponer de una vacuna definitiva, segura, eficaz y protectora contra el SARS-CoV-2, que es el nuevo tipo de coronavirus que produce la enfermedad de la Covid-19.

¿La pandemia y la vacuna ya tienen fechas estimadas?

Según Peter Hotez, científico bioquímico y profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad George Washington, Estados Unidos tendrá la vacuna a mediados de 2021, es decir, entre mayo, junio y julio, informó el pasado domingo en una entrevista ofrecida a la cadena CNN. 

Esto implica que, aunque el presidente de EE UU, Donald Trump, aseguró este pasado martes que su país está “muy cerca” de aprobar una vacuna (tras la aprobación de Rusia a su vacuna Sputnik V), el proceso de registro en la FDA (Departamento de Control de Medicamentos de EE UU), su aprobación comercial, su fabricación y la posterior logística del Gobierno para su distribución en toda la población norteamericana, que se compone de más de 350 millones de personas, la vacuna estadounidense podría demorarse debido a estos factores un período aproximado de 10 meses en salir al mercado a partir de hoy y unos siete meses a partir de noviembre, que es la fecha en que Trump prevé aprobarla por motivos políticos antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, pero la Secretaría de Salud insiste en que podría demorarse hasta diciembre por todo el trámite que conlleva. 

Sin embargo, la atención del profesor Hotez va mucho más allá de la producción de la vacuna, algo que ya es seguro que podrá concretarse. Ahora el punto elemental de la situación se centra en cómo esa vacuna llegará a la región que actualmente es la más golpeada por la pandemia en todo el planeta, y que además, tiene las economías más precarias de Occidente: América Latina. 

“Me preocupa que América Latina sea la última en recibir la vacuna. Solo Brasil y Cuba producen vacunas en Latinoamérica. Es uno de los que más podría tardar en recibir la vacuna en el mundo”, alertó el científico. 

Gracias a los convenios y acuerdos financieros de China con la región, especialmente con la expansión de sus créditos a la instalación de infraestructuras científicas, tecnológicas, médicas y de investigación por sus intereses de dominio global, solo Brasil (en Sudamérica) y Cuba (en el Caribe) son los únicos países latinoamericanos que poseen la capacidad de producir vacunas, lo que implica un problema logístico, médico y financiero muy grande para una región que tiene más de 500 millones de habitantes por vacunar. 

¿Cómo será distribuida la vacuna a nivel mundial?

El proceso comercial, logístico y diplomático que podría crear un nuevo orden mundial a partir de las relaciones que se establezcan entre los países que ya apilan millones de dólares en recursos a fin de comprar la vacuna, será todo un entramado de contactos y alianzas entre las potencias y los vecinos o naciones no aliadas de sus áreas de influencia, o incluso del otro hemisferio del planeta, que determinará el pulso de la nueva economía mundial que nacerá durante esa etapa de transición a la era post-pandemia. 

La realidad económica, social, poblacional y epidemiológica será el principal elemento de la jerarquía mundial que se formará como una pirámide donde las potencias, situadas en la cúspide, decidirán a cuáles países enviarán la vacuna en determinado orden que, en el caso de EE UU, estará configurado según los mercados donde podrá conseguir mayor rentabilidad, pues ya la farmacéutica Moderna, que tiene una de las vacunas más prometedoras del mundo, anunció que venderá su antídoto a un precio de mercado estipulado entre 32 y 37 dólares por dosis. 

Jerome Kim, director del Instituto Internacional de Vacunación, aseguró también en esa misma entrevista en CNN que la Alianza Global de Vacunas e Inmunización, en conjunto con la OMS, han ideado un plan para distribuir el 20% de la necesidad total de vacunas en todo el mundo para finales de 2021.

La distribución del 20% de la demanda global de vacunas implica inmunizar a 1.540 millones de personas. La población mundial se estima en 7.700 millones de seres humanos, según el último censo de la ONU en diciembre de 2019. 

Además, según explicó el profesor Kim, los países más pobres recibirán la vacuna totalmente gratis; probablemente mediante programas de donación humanitaria de la OMS, los países de ingresos medios la recibirán a precios más reducidos; probablemente subsidiados, mientras que los países de ingresos altos (los más ricos del mundo, especialmente los que conforman el club del G-7), la deberán comprar a precio de mercado

¿Cuándo estará disponible en todo el mundo y qué tan segura será?

La rigurosidad de la ciencia es la premisa del llamado que hace la comunidad científica internacional para que sea la ética médica lo que prevalezca por encima de los evidentes y notorios intereses políticos, geopolíticos y económicos que yacen en el trasfondo de las agendas de las grandes potencias que buscan inmunizar a la población mundial para crear un nuevo orden de control de la economía global; esas potencias son Estados Unidos, Rusia, China, y en menor medida, Reino Unido, los protagonistas de la carrera sin tregua por la vacuna contra el coronavirus.

“Todas las vacunas tienen el mismo estándar de seguridad y eficacia. El mundo requerirá el mismo estándar internacional de calidad en la vacuna. En la etapa de precalificación, deben tener datos de seguridad, calidad y confiabilidad para garantizar que las vacunas sean seguras en los niños de África y América Latina”, precisó Jerome Kim, el líder del organismo encargado de administrar los programas de vacunación a nivel mundial.

Pero el experto prefiere optar por el realismo sobre la influencia que tendrá el proceso previo de ensayos clínicos de fase 3 en decenas de miles de voluntarios rumbo a la disponibilidad definitiva de la vacuna en todos los sistemas sanitarios y Gobiernos de los países de Latinoamérica. 

“Mientras se terminen las pruebas en miles de voluntarios, la vacuna no estará disponible a nivel mundial hasta mediados de 2021 y en América Latina podría llegar aún más tarde”, advirtió Kim.

La premura de los grupos de poder global por abrir y expandir el nuevo mercado que concentrará la demanda mundial en la industria farmacéutica y biotecnológica, que sin duda será el nuevo campo de batalla en la perenne Guerra Fría entre Estados Unidos con Rusia y China, impulsará a la política a anteponerse a la ciencia, lamentablemente.

El experto alerta de que hay temores sobre que algunos Gobiernos se apuren en sacarla demasiado pronto, como por ejemplo, el de EE UU.

Presuntamente, Trump busca saltarse etapas del proceso de la vacuna para tenerla disponible antes de las elecciones de noviembre, según reveló el diario The New York Times en un reportaje con base en fuentes federales de la Casa Blanca.

El tiempo apremia, pero a medida que la actual crisis evoluciona hacia recesiones más agudas, más descomposiciones sociales y nuevas dinámicas del sistema de vida cotidiano en cada cultura, región y país del mundo, el consenso global de la élite científica apunta a un punto de inflexión casi unánime para la historia futura de la nueva era post-pandemia: la humanidad podría tener una vacuna a mediados de 2021, año en el que inicia la segunda década del siglo XXI. @mundiario

Comentarios