Las actrices Nina Hartley y Jenna Jameson, superadas por Pokemon Go
El hecho de que las nuevas generaciones descarguen más aplicaciones de Pokemon Go que material porno nos advierte de que nuestros vástagos son cada día más castos.
Recuerdo que, a mis dieciséis años, mis amigos y yo nos comíamos los mocos, y uno de nuestros entretenimientos los sábados por la mañana era alquilar pelis porno. Nos encerrábamos en la casa del Guti para contemplar el talento deshonesto y concupiscente de un espléndido elenco formado por Peter North, Nina Hartley y Jenna Jameson, actores y actrices que habían hecho de la morbidez y la líbido otra historia del cine americano.
Me preocupa que las nuevas generaciones descarguen menos pelis X a causa de los Pokemon, según algunos. Contorsionistas esculturales como Angelina Valentine no pueden ser barridas por un cangrejo con champiñones en el culo. Los Pokemon es lo más parecido a la resaca de un tripi y otros derivados de la Meripina. Ahora ya no hay videoclubs, ni salas en su interior donde figuraba el letrerito "Cine para adultos". Y no era precisamente Fellini o Bergmann lo que allí encontrábamos, nosotros, ateridos, avergonzados, pero con el ímpetu de crecernos en el peligro y en la superación de los tabúes del catecismo.
Parecíamos los Goonies en el interior de la montaña, pero el tesoro no era el oro de Willy, el Tuerto, sino el último estreno de Jenna, Nina o aspersor North, con títulos tan literarios y metapoéticos como "Deep inside". Me da pena que la gente joven busque Pokemon y no explore esa suave sodomía que es la adolescencia, con sus frustraciones y sus maldiciones, con su eufórica bonanza de despertar a la vida.
