Croquetas y libertad de expresión

Libertad de expresión. I Angel Boligán, Cuba/México
Libertad de expresión. I Angel Boligán, Cuba / México

Mi buen amigo Obdulio se gana una ciber-bronca al meter las narices donde no debe y dar opiniones que nadie le ha pedido. 

Croquetas y libertad de expresión

Obdulio me acaba de contar algo que le ocurrió en Facebook hace poco y que me ha resultado muy simpático. Resulta que mi amigo se enzarzó en una discusión con un desconocido sobre la calidad de las croquetas del Versailles, un conocido restaurante cubano de Miami. El Obdu, imprudente como es, se atrevió a dar una opinión grasienta sobre las croquettes y ahí mismo se formó el ciber-despelote.

A ver si me explico: pongamos que el amigo de Obdulio se llame Hernerio y el colega de éste, al que el Obdu no conoce, Bromidio. Así, Obdulio emite su criterio negativo sobre un inocente post de Hernerio (lo cito textualmente: Las croquetas del Versailles son muy populares en Miami.) Sin embargo, Bromidio se enoja por la rancia opinión de mi amigo y le envía una ácida réplica, como de limón para las croquettes.  De pronto se arma la bronca entre Obdulio y Bromidio, quienes se piden mutuamente la cabeza, mientras Hernerio se aparta de la discusión y se revuelca por el suelo de la risa, vacilando como sus dos amigos ciber-pelean.  ¿No es simpatiquísimo?

Dice Obdulio que, por ejercer su derecho a la libre expresión, el amigo de su amigo, o sea Bromidio, le lanzó algunos dardos selectos, entre ellos, que revisara su definición de libertad de palabra y que se bajara del "caballo de la superioridad" en que se había montado al juzgar "al que piensa diferente". ¡Dime tú! Así que emitir una opinión medianamente fundamentada, como las que el Obdu da a veces, puede ser considerado un intento de superioridad intelectual.

Apaga y vamos.

Obdulio no aprende. Mira que le he dicho que hay cuatro cosas sobre las que no se puede discutir en Facebook: fútbol, política, religión y la dudosa calidad de las croquetas del Versailles. Pero es que a él le encanta el tiqui-tiqui. Y puede ser muy sarcástico este Obdu. Con decirles que dio por terminada la discusión con el tal Bromidio de esta forma:

Muchas gracias por su lección de semántica. Voy corriendo a buscar “libertad de expresión” en la primera enmienda de la constitución. Y luego a llevarle agua y maloja a mi caballo de la superioridad, no sea que se me desnutra, el pobre.  

Tremendo este Obdulio, ¿no es cierto? @mundiario

Comentarios