Coronavirus, ¿riesgo o incertidumbre?

Una imagen relativa al coronavirus. / Pixabay
Una imagen relativa al coronavirus. / Pixabay

El Covid19 nos sitúa, en definitiva, ante problemas y amenazas para los que necesitamos toda nuestra inteligencia colectiva, según este análisis para infoLibre.

Coronavirus, ¿riesgo o incertidumbre?

Aunque pueda parecer a primera vista una mera cuestión semántica creo que desde una perspectiva social (no médica, de salud pública o de sicología social) es muy relevante tener claro en qué lío estamos metidos en esto del coronavirus y, en consecuencia, cómo debemos manejarlo.

Diferencia entre riesgo e incertidumbre

Se habla de riesgos cuando de un problema conocemos bien su origen, sus probabilidades de existencia y la cuantía de los daños que nos puede causar. Es el caso de un incendio, un accidente de tráfico, aéreo o laboral, incluso las enfermedades más corrientes. Situaciones para las que los aseguradores privados ofrecen sus servicios porque cuentan con estimaciones de probabilidades y de daños potenciales.

Pero existen variadas situaciones que no son de riesgo sino de incertidumbre. En ellas es frecuente no contar aún con una cabal explicación científica o racional sobre sus causas, o sobre sus probabilidades (se habla entonces de cisnes negros) de origen o expansión y, menos aún, sobre el volumen de daños potenciales (aunque suelan ser monumentales). En estos casos las compañías aseguradoras no quieren saber nada y solo el Estado estará allí (si no lo hemos tirado por el fregadero) para protegernos.

Por lo que (no) sabemos del coronavirus (Covid19) estamos ante el segundo caso. Los investigadores aún no saben muy bien a qué amenaza nos enfrentamos (hasta que no tengamos una vacuna), ni cuál es su lógica específica y cuantificada de expansión, ni, mucho menos, cual será el volumen de los daños sociales provocados (en vidas humanas, gastos sanitarios, actividades paralizadas, etc. etc.). Por eso ni están, ni se las espera, a las grandes aseguradoras privadas. Son los Gobiernos los que (según estén de robustos y organizados) se emplean en esos tres frentes, junto a una OMS de Naciones Unidas que, una vez más, nos interpela a todos sobre nuestras carencias de gobernanza global.

Principio de precaución

Ante amenazas que son incertidumbres (y no meros riesgos) lo único que podemos hacer (mientras no los convertimos en riesgos) es aplicar el principio de precaución. Tanto para evitarlas como para gestionarlas.

Así para el Covid19, si es cierto su origen alimentario en China, precaución para evitarlas significa abstenerse (prohibir) de alimentarse con proteínas que no ofrezcan una plena garantía de seguridad alimentaria. Tal como hacen incluso algunos animales que evitan beber agua donde otro animal se esté descomponiendo. Y así también para otras incertidumbres alimentarias derivadas de organismos genéticamente modificados (aquí precaución es igual a moratoria) o en la aplicación de tecnologías ganaderas o agrarias sobre las que no tenemos una seguridad plena respecto a todas sus consecuencias potenciales sobre la salud y el medio. Justo lo contrario a la temeridad o a la búsqueda irracional de milagros.

precaución para gestionarlas significa no ceder a la complacencia con intereses (económicos, industriales, políticos, financieros, etc.) que reclamarán que se consideren como riesgos los daños que van a sufrir si se aplican determinados escenarios de mitigación o precaución para frenar la expansión. La gestión de una incertidumbre social reclama que a las autoridades competentes no les tiemble la mano para aplicar el principio de precaución si hay que enfrentar intereses particulares. Como, por cierto, parece estar siendo el caso en China, aunque no con la transparencia deseable.

Cuando las barbas de tu vecino …

El Covid19 nos sitúa, en definitiva, ante problemas y amenazas para los que necesitamos toda nuestra inteligencia colectiva. La enumeración de estas incertidumbre no es corta: la manipulación genética de seres vivos y de humanos, el uso de la energía nuclear, la inteligencia artificial sobre la humana, el uso y abuso de combustibles fósiles y el cambio climático, los monopolios del big data y sobre la nube digital, las inseguridades alimentarias… y un largo etcétera de amenazas sociales que no son riesgos, que son incertidumbres. Para las que debiera siempre prevalecer la máxima de no activar o encender algo que no se esté seguro al cien por cien de poder apagar. Incertidumbres que en este siglo XXI lo son, además por vez primera en la historia, globales y para toda la Humanidad. @mundiario

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