Corfú, como destino turístico, supera las expectativas de los más exigentes

Cabo Drastis, Corfú. / Maria Rosaria Sannino
Cabo Drastis, Corfú. / Maria Rosaria Sannino

La historia le ha legado castillos y fortalezas, sus playas de arena y guijarros ofrecen una experiencia única, y la vida nocturna es una aventura que cubre todos los gustos.

Corfú, como destino turístico, supera las expectativas de los más exigentes

Corfú es una isla griega que se encuentra en el Mar Jónico, muy próxima a la costa noroccidental de Grecia, al límite con Albania. Junto con Paxos, Léucade, Itaca, Cefalonia, Zante y Citera forma el archipiélago de las Siete Islas (Heptanisa), en el que ocupa el segundo lugar por superficie, 613 kilómetros cuadrados que albergan una población de poco más de 100.000 habitantes.

Cuenta con una rica vegetación, entre la que se cuentan más de tres millones de olivos. Mantiene un aspecto de un verde intenso, especialmente durante los meses más cálidos. Por su exuberante vegetación se le conoce como "Isla Verde", aunque debido al color del mar que la rodea también es "Isla Esmeralda". La isla combina perfectamente clima, color e historia, no en vano fue el hogar de venecianos, franceses y británicos, si bien se mantuvo al margen de la dominación otomana a diferencia del resto de Grecia.

Es la isla donde Ulises conoció a la princesa Nausicaa en una de las escenas más famosas de la Odisea de Homero y el dios Poseidón tuvo un idilio con una ninfa. Y la que Gerald Durrell, renombrado autor y naturalista, puso en el mapa, ya que su infancia vivida en Corfú fue posteriormente trasladada a libros como “Mi familia y otros animales”, “Bichos y demás parientes” o “El jardín de los dioses”, magníficos relatos de esta época sin escuela en la que ayudado de varios mentores, especialmente Theodore Stephanides, se dedicó a capturar y coleccionar especímenes de la fauna local como mascotas, lo que marcó su futuro en la vida.

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