El copago de medicamentos de los pacientes en los hospitales, una medida injusta

Elvira Sanz, Presidenta de Farmaindustria y Ana Mato, Minsitra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Elvira Sanz, presidenta de Farmaindustria, y Ana Mato, minsitra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

En España, los medicamentos que los pacientes no hospitalizados recogen en los servicios de farmacia de los hospitales pasan a estar afectados por el copago.

El copago de medicamentos de los pacientes en los hospitales, una medida injusta

El pasado 1 de octubre entraba en vigor el copago de medicamentos que los pacientes recogen en los hospitales. El Real Decreto-Ley 28/2012 del mes de diciembre,  en su disposición final primera indica que la prestación farmacéutica ambulatoria en la que se incluye la hospitalaria tendrá copago. Es una normativa estatal, prevista por el actual gobierno, que en su día no se aplicó, al igual que otros copagos que todavía no se han implementado, como son el transporte sanitario no urgente, los productos dietéticos o la prestación ortoprotésica.

El  pasado 19  de septiembre, se publicaba en el BOE  la Resolución de 10 de septiembre en la que se recoge  que estos medicamentos que se dispensan a los pacientes no hospitalizados en los servicios de farmacia de los hospitales, tendrán una aportación reducida.

Esto quiere decir que dichos medicamentos quedan sometidos a aportación económica por parte del paciente, que es de un 10 % hasta un máximo de 4,20 euros por envase.

Hay al menos 9 comunidades autónomas que dicen no al copago, tanto por rechazo a la medida  o por problemas de implantación, y son  Castilla La Mancha,  Andalucía, Extremadura, Aragón, Cataluña, Canarias, Euskadi, Baleares y la Comunidad Valenciana.

Estos medicamentos que los pacientes recogen en los hospitales son 43, (de los que más de 20 son para pacientes con cáncer), con 157 presentaciones para pacientes crónicos graves con enfermedades tales como cáncer, esclerosis múltiple, hepatitis C, pacientes con SIDA, o para el tratamiento de la infertilidad.

¿De verdad alguien considera necesario disuadir a estos pacientes de que no retiren su medicación? Esta medida tiene el rechazo de pacientes, de grupos políticos, de numerosos profesionales sanitarios, y de la propia Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, que se ha mostrado disconforme con la medida.

Desde mi punto de vista, y lo afirmo con la experiencia de más de 1 año de copago en la farmacia comunitaria, se penaliza a los pacientes mas desfavorecidos económicamente, y más sensibles debido a sus patologías graves y crónicas, y se producen desigualdades según la capacidad económica de cada uno con el consiguiente riesgo para la salud. Es una medida injusta.

Es muy probable que el coste de la aplicación de esta medida que no produce apenas ahorro,  sea superior a lo recaudado, no he visto aún una evaluación económica de esta medida. Es una medida inútil.

Un coste de la salud de las personas
Todas estas decisiones que Ana Mato, la ministra de Sanidad, va tomando, afectan negativamente a los pacientes y tendrán un coste en la salud de las personas que cuanto más crónico es el paciente, más se lesiona.
Creo que a  la ministra, le interesaría  saber que los farmacéuticos comunitarios vemos en el día a día de nuestra tarea profesional, los efectos del copago, que disuade a determinada población  de la retirada de su medicación, con la inmediata pérdida de adherencia a sus  tratamientos, y los efectos negativos en su salud que la falta de adherencia conlleva. Medicamentos que no olvidemos, han sido prescritos por sus médicos.

 

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