La conmemoración del beso, a sabiendas de que estamos diseñados para besar

Los amantes de René Magritte.
Los amantes de René Magritte.

El mejor beso es el que no dimos y hemos imaginado tantas veces, o aquel que hemos dado y sabes que jamás se repetirá, pero para ser felices besemos...

La conmemoración del beso, a sabiendas de que estamos diseñados para besar

El mejor beso es el que no dimos y hemos imaginado tantas veces, o aquel que hemos dado y sabes que jamás se repetirá, pero para ser felices besemos...

 

A casi nadie se le escapa, que hoy es el día internacional del beso. Y me gusta esa conmemoración, tanto como para dedicarle unas líneas. No es algo extraño, en cualquier diario de hoy aparece algún artículo dedicado a tan entrañable gesto. El beso.

Entre todos los artículos que he podido leer, hay uno que me pareció muy completo y al que remito a cualquier lector interesado, se publica en “Noticia al día”. El beso es también un arte, o al menos besar bien. Dicen que el primer beso en una pareja es casi definitivo para ambos o para alguno de los dos, respecto de la continuidad o posibilidades de mantener la relación. Y es que un beso apasionado se sabe dar, o no. Se tiene el don o se carece de él. Entro en el número de féminas que valora tal cualidad como algo imprescindible en la relación amatoria.

Los besos expresan cariño, amor, pasión, sensualidad, admiración, sumisión. Hay besos de perdón, besos de celebración, besos húmedos, besos que despiertan hasta el último sentido adormecido de tu cuerpo; creo que algunos besos junto con las lágrimas, descubren las intenciones y los sentimientos que poseemos y nos dejan desnudos ante los demás. Se puede besar con cariño, regalar un beso, dar besos castos y besos comprometidos, pero los besos apasionados no pueden fingirse, son o no son. Cuántas cosas se dicen con un beso.

Después de ver innumerables veces Pretty Woman como cualquier mujer de mi edad, casi un clásico en muchos canales de televisión, que con cierta frecuencia, nos recuerdan el exitoso film protagonizado por Richard Gere y Julia Roberts, quién no se quedó con el detalle de la prostituta que cumplía con los deseos de su accidental u ocasional amante, excepto con la posibilidad de besarlo. Todo los servicios menos el beso. Ella no besaba.

La primera vez que vi la película, aquello me pareció totalmente absurdo. Y sin embargo hoy echados años encima, entiendo perfectamente ese límite impuesto por la estupenda Julia Roberts en su papel cinematográfico. El beso es algo íntimo, mucho más que el propio acto de copular, es algo que no puede disfrazar los sentimientos y que cuesta mucho más entregarlo o regalarlo si no te apetece hacerlo.

El beso ha sido protagonista de innumerables obras de arte y siempre se acude al famoso cuadro de Gustav Klimt. Es la obra de arte que nos viene a la cabeza, si unimos beso y pintura, pero existen más obras que captan tan hermoso gesto,  sirva a título de ejemplo;  “Los amantes” de René Magritte, o mucho más contemporáneo “Kiss” de Roy Liechtenstein. No digamos al hablar de besos fotografiados en la historia o los besos más famosos del cine, hay maravillosas películas que, especialmente, y además de por otras cualidades, las recordamos por preciosas escenas de besos; al recordar “ Lo que el viento se llevó” quien no visualiza el beso entre Rett Butler y Escarlata O´Hara, y como no, cuando rememoro “Desayuno con diamantes”, además de la preciosa escena de Audrey delante del escaparate de Tiffany´s, quién podría olvidar el beso entre los protagonistas al final del film, para mi uno de los más apasionados e inolvidables de la historia del cine.

Pues todo esto y más, nos da que hablar un beso, y se me han quedado en el tintero los múltiples beneficios que parecen tener para nuestra salud, dicen que un beso apasionado te hace perder calorías, te inunda de dopaminas, testosterona (hormona asociada al deseo sexual), libera oxitocina, y sustancias que se encargan de neutralizar el intercambio de bacterias. Pues eso, estamos diseñados para besar. Disfrutemos.  

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