Cómo encaran las provincias el reto de la fase 1: UCI, residencias y las aglomeraciones

El coronavirus se ha hecho presente en todas las comunidades, en unas avanzó con mayor rudeza que en otras, porque cada una tiene sus elementos particulares. En esa línea el envejecimiento, la población aglomerada en poco espacio, la conexión entre provincias, la capacidad de camas UCI en los hospitales y plazas en residencias de mayores, son algunas variables que incidieron en el brote de la pandemia.

Ahora bien de cara a la desescalada, estos elementos podrían incidir en las próximas semanas en cada uno de esos territorios y en su capacidad de reacción. Era de suponer que el coronavirus sería más peligroso en las provincias urbanas e hiperconectadas, incluso en las que tienen más población en residencias de ancianos que se han convertido en lugares de gran riesgo.

Esos datos han sido analizados en 46 provincias de España, tomando en cuenta que en las gallegas los datos sobre el virus no están disponibles, de acuerdo con el proyecto Escovid19data, publicado por El País. El informe arroja que los seis peores brotes ocurrieron en Madrid y España interior.

Madrid es la provincia con más población concentrada en poco espacio; el riesgo de contagio es mayor en el transporte público, en aglomeraciones y en grandes superficies. El resto de las regiones muy golpeadas son diferentes, pero parecidas entre sí: están muy conectadas, es decir, hay muchos viajes desde y hacia otras provincias. Todas, excepto Albacete tienen un número alto de plazas en residencias para mayores. Además, Castilla-La Mancha cuenta con pocas camas de UCI por habitante, por lo que tendrá que esforzarse más que otras para cumplir el requisito de 1,5 por habitante exigido por el Ministerio de Sanidad.

No es casual que tres de ellas estén entre las provincias más conectadas con Madrid o que Soria lo esté con Navarra y La Rioja, donde se registraron dos de los primeros focos del virus. En Barcelona se vivió una situación similar a la de Madrid por sus grandes aglomeraciones y la conexión con el resto del mundo que le dan tendencia de ser más vulnerable.

Toledo está muy conectada con Madrid y su comunidad cuenta con pocas UCI. También están muy conectadas Álava y La Rioja, que no destacan por su disponibilidad de camas y tienen una población envejecida. Por último, Cáceres y Salamanca llaman la atención por ser de las regiones con más población mayor de 65 años y más plazas en residencias. Paralelamente en Andalucía y Murcia, se registraron seis brotes más débiles. Las islas de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas están desconectadas, tienen poca población mayor, un buen número de camas de UCI y muy pocos ancianos en residencias. Las provincias andaluzas de Cádiz, Huelva y Almería son casos parecidos. El caso más llamativo es Murcia, que tuvo pocas muertes aunque no tenía a priori muchas UCI, tiene bastante población concentrada y está bastante interconectada con otras provincias. Otros seis brotes débiles se registraron en las islas Baleares y provincias andaluzas, con un patrón similar al anterior. En contraparte, se le suma Valencia con mucha población concentrada y una dotación normal de UCI, pero poca gente mayor y menos residencias que la media del país.

Varias comunidades autónomas, provincias y zonas básicas de salud pasan este lunes a la fase 1 de la desescalada. Hoteles, comercios y otros establecimientos reabren sus puertas. Desde el inicio de la pandemia han fallecido en España 26.621 personas, los casos confirmados por PCR superan los 224.000 y las altas rondan las 136.000. A nivel mundial el coronavirus suma 282.000 muertos y cuatro millones de contagiados. @mundiario