Los coches autónomos están casi listos, pero ¿lo estamos nosotros?

La tecnología de los coches autónomos es casi una realidad. / bmw.com
La tecnología de los coches autónomos es casi una realidad. / bmw.com

La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, y de esa cuenta escuchamos que los vehículos autónomos están muy cerca de ser una realidad global.

Los coches autónomos están casi listos, pero ¿lo estamos nosotros?

Llevamos casi sesenta años escuchando de la posibilidad de automóviles voladores y capaces de llevarnos a casa sin manejarlos, pero parece que nuestras opciones de movilidad personal permanecen, ahora y en un futuro previsible, sobre la tierra y con nuestras manos al volante.

 Ello no significa que no se hayan presentado avances impresionantes. En suma, que el sueño de tomar un viaje por la carretera en el que se pueda prestar más atención a un libro o a una película que a la tarea de conducir está bien al alcance de la mano. Sin embargo, es una realidad que todavía no hemos llegado a ese punto. Los expertos han comenzado a hacerse preguntas importantes, que giran alrededor de cómo adaptar las carreteras y la cultura vial a estas nuevas posibilidades.

Se sabe que los coches autónomos no se convertirán en algo común de la noche a la mañana. La gran mayoría de los coches en la carretera ahora no tienen características de automatización o sólo una automatización muy limitada, como el control de crucero.  Otro factor que retrasará aún más el uso generalizado de automóviles autónomos es que muchas personas se aferran a sus coches el mayor tiempo posible. El número de automóviles automatizados crecerá con el tiempo, pero sólo con relativa lentitud.

Además, se puede decir con seguridad que  los coches autónomos no aparecerán en las calles de la ciudad hasta que no lleguen las carreteras inteligentes que los acompañen. Y las razones tienen más que ver con la política pública que con la tecnología. Otro factor que retrasar el uso generalizado de este tipo de vehículos es el dinero.

Las transformaciones que soportarán el viaje autónomo no serán baratas. Eso es cierto para las compañías privadas que diseñan y construyen automóviles autodirigidos, y para las agencias gubernamentales financiadas por los contribuyentes que diseñan y construyen las carreteras en las que manejarán dicho autos.

Asegurar que los automóviles puedan comunicarse entre sí exigirá altas inversiones en la industria. Ello debería incluir su capacidad para conversar con las carreteras, marcas en las aceras, y señales de tránsito. La infraestructura de la mayoría de países, en especial aquellos en vías de desarrollo, simple y sencillamente no está lista para este tipo de cambio.

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