Diomedes es un lugar para no vivir o en el que se puede viajar en el tiempo

Entre Rusia y EEUU, Islas Diomedes. / Jo Szeles
Entre Rusia y EE UU, las Islas Diomedes. / Jo Szeles

Estas dos islas del Estrecho de Bering son un mundo aparte, se encuentran en diferentes países, diferentes continentes y diferentes días del calendario, solo a dos millas y media de distancia.

Diomedes es un lugar para no vivir o en el que se puede viajar en el tiempo

Según cantaba Toñito de Poi con Heredeiros da Crus “De Jalisia ó extranxeiro hai catro metros e medio”. Pues bien, esa es también más o menos la distancia existente entre dos países tan aparentemente alejados como Rusia y EEUU que casi se tocan en el Estrecho de Bering, en las Islas Diomedes.

Chukotka e Ignaluk, respectivamente Big Diomede y Little Diomede, son las Islas Diomedes, la primera rusa y la segunda norteamericana, dos mesetas rocosas separadas por una distancia inferior a 4 kilómetros, entre las que se encuentra la línea fronteriza entre ambos países. La parte rusa tiene una superficie de 29 kilómetros cuadrados y está deshabitada, la parte americana apenas supera los 7 kilómetros cuadrados y alberga poco más de un centenar de habitantes. Esta separación se difumina en el invierno ártico, cuando se unen por una placa de hielo que permitiría pasar caminando de América a Asia, y viceversa.

Además de la frontera, entre las Diomedes también pasa la línea internacional de cambio de fecha, con una diferencia horaria convenida entre una isla y la otra de 21 horas, y no las 23 horas que nos da el meridiano 180º en otras latitudes. Así es que alguien podría celebrar el Año Nuevo en Big Diomede, regresar a Little Diomede, dormir plácidamente y esperar otra vez el Año Nuevo 21 horas más tarde. O como le pasó en 1987 a la nadadora Lynne Cox, que cubrió a nado la distancia entre las dos islas para mostrar un acercamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con la particularidad de que comenzó a nadar a la 1 de la tarde del 7 de agosto y llegó a Big Diomede a las 12 del mediodía del día siguiente, 8 de agosto, a pesar de que solo había invertido dos horas en la travesía.

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