China sigue ejecutando a más de 1.000 presos al año
El estado de Arkansas (EE UU) es hoy noticia por haber realizado su primera doble ejecución en 18 años. Sin embargo otros países aniquilan a reos con mayor asiduidad y menos publicidad.
En Arkansas (EE UU) se ha llevado a cabo el lunes 24 de abril la primera ejecución doble de este estado desde 1999. Dos hombres habían sido condenados por asesinato.
Aunque en EE UU y desde hace 38 años, la condena a pena de muerte está permitida y se aplica en diversos estados, en diferente proporción, estas sentencias nunca están exentas de polémica y recriminación, sobre todo por parte de ONG´s. Pero no es EE UU el único país que aplica esta condena y tampoco es el país que más uso hace de ella.
El país comunista China es el mayor ejecutor del mundo. Una nueva investigación en profundidad de Amnistía Internacional muestra que las autoridades chinas aplican un sistema complicado y opaco para ocultar la escandalosa magnitud de las ejecuciones en el país, pese a las reiteradas afirmaciones de que avanza hacia la transparencia judicial. La base de datos de China sólo recoge una mínima parte de los miles de condenas a muerte que Amnistía Internacional calcula que se dictan cada año en el país, y refleja el hecho de que el gobierno chino sigue manteniendo un hermetismo casi total respecto al número de personas condenadas a muerte y ejecutadas en el país. Y es que China clasifica como “secreto de Estado” la mayor parte de los datos relacionados con la pena de muerte. Aún así, la ONG cifra en más de 1.000 personas en 2016 las ejecutadas en el país comunista.
En China se puede ser sentenciado a muerte por proxenetismo, corrupción y tráfico de drogas. El modo de muerte que se les practica a los condenados es un disparo por rifle que utilizan las autoridades carcelarias del país. Considerado como avance social, en los últimos años se ha permitido que los reos mueran por inyección letal.
Caricatura sobre la pena de muerte en China. / veo verde
Los países islamistas Irán, Arabia Saudí y Pakistán junto al mayoritariamente musulmán Irak, siguen a China en este ranking de ejecuciones legales.
Los datos de Amnistía Internacional
Los siguientes datos del reciente estudio de Amnistía Internacional excluye a China debido a la opacidad de sus cifras, pero teniendo en cuenta que el país asiático ejecutó en 2016 a más personas que el resto de países juntos. Por tanto, la república islamista de Irán, por sí sola, fue responsable en 2016 del 55% de todas las ejecuciones registradas en la región. Junto con Arabia Saudí, Irak y Pakistán formó un cuarteto que llevó a cabo el 87% del total de ejecuciones en el mundo.
Sin embargo, la cifra total de ejecuciones llevadas a cabo en Irán se redujo un 42% (de al menos 977 a al menos 567), comparada con el año anterior. También en Pakistán se registró un descenso considerable, de un 73%, en la aplicación de la pena de muerte. Las ejecuciones disminuyeron también notablemente en Indonesia, Somalia y Estados Unidos. Por primera vez desde 2006, Estados Unidos no figuró entre los cinco países que más ejecuciones llevan a cabo en el mundo.
Por contra Irak multiplicó por más de tres sus ejecuciones. A este grupo se suman Egipto y Bangladesh quienes duplicaron sus ejecuciones con respecto al 2015.
Según Amnistía Internacional este es el número de condenas a muerte registradas globalmente en 2016 y el tipo de muerte en algunos países:
El caso de Cuba
En la isla sigue existiendo la figura de pena de muerte aunque hace 14 años que no se aplica. La legislación cubana mantiene esta figura penal para casos graves de asesinato, violación, pederastia con violencia, robo con violencia e intimidación y crímenes con agravantes de corrupción.
Pero la última vez que se ejecutó la sentencia de muerte fue en 2003 con el fusilamiento el 10 de abril de tres secuestradores de una embarcación repleta de turistas extranjeros.
¿Disuade contra la delincuencia?
Los países que mantienen la pena de muerte suelen afirmar que es una forma de disuasión contra la delincuencia. Pero esta postura ha sido desacreditada en repetidas ocasiones, la última vez por un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. "Nuestra investigación muestra que los estudios no pueden responder la pregunta de si la pena de muerte es eficaz para evitar otros crímenes", declaran Daniel S. Nagin, Teresa y H.John Heinz III, profesor de política y estadística del Carnegie Mellon de la Universidad de Pittsburgh (EE UU) y jefe del equipo que ha hecho esta revisión. "Sabemos que esta conclusión puede ser controvertida, pero lo cierto es que hasta ahora no se sabe si la pena de muerte reduce los homicidios e, incluso, si quizás los aumente", añaden. Por tanto, y según indica Amnistía Internacional: “No hay pruebas que demuestren que es más eficaz que la cárcel a la hora de reducir el crimen”.