La cara y cruz del azúcar nos acerca a la propuesta de un consumo moderado

El azúcar o sacarosa es un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa, que se obtiene habitualmente de la caña de azúcar o de la remolacha. Este alimento se encuentra presente en múltiples alimentos gracias a la capacidad de endulzar los alimentos que posee. Pero, además, el azúcar también aporta energía en forma de calorías, concretamente el azúcar blanco aporta 4 calorías por gramo. Es por ello por lo que se recomienda, habitualmente, un consumo moderado del mismo ya que se dice que el consumo excesivo de azúcar favorece el desarrollo de enfermedades como el sobrepeso, la obesidad, el exceso de triglicéridos, la caries, etc.

 Se ha publicado recientemente un estudio realizado por especialistas de varios hospitales, universidades y otras instituciones españolas desmontando el mito de que el azúcar es un alimento hipercalórico y asegurando que "puede y debe formar parte de nuestra dieta" en la medida en que cada persona lo necesite en función de su peso y de la actividad física que realice.

En el “Libro Blanco del Azúcar” a lo largo de 14 capítulos, se explica en profundidad la relación del consumo de azúcar con la obesidad, la diabetes, el ejercicio físico, el cáncer, la función cognitiva o la salud dental y las caries, entre otras cuestiones. El libro también nos adentra en el consumo y regulación de los edulcorantes acalóricos, los patrones de ingesta de azúcar, la calidad nutricional de la dieta o el azúcar en los distintos ciclos de la vida. Analiza, asimismo, aspectos históricos y gastronómicos. Cada capítulo sugiere la respuesta a múltiples dudas, preguntas y observaciones, con el respaldo de la profesionalidad de los autores.

Los expertos exponen que lo que realmente se relaciona con la obesidad es un balance energético positivo, es decir, una ingesta energética superior a los requerimientos del organismo. Ello suele ser relativamente frecuente por la falta de ejercicio físico.

Según los autores del trabajo, culpar a este alimento de la acumulación de grasa en el cuerpo y suprimirlo por completo de la dieta al tiempo que mantenemos el sedentarismo y otras malas prácticas solo servirá para agravar nuestra salud. Al margen de patologías concretas como la diabetes mellitus, cuyo tratamiento requiere una ingesta controlada por un especialista, apelan al equilibrio alimentario y afirman que las necesidades de azúcar, como de cualquier otro alimento, son fácilmente controlables en una dieta normal adaptada al consumidor.