El calvario de los trabajadores de Chernóbil: 211 rehenes desde que se inició la guerra

Reactor número 4 de la planta de energía nuclear de Chernobyl, el sarcófago que lo encierra y el letrero en el monumento conmemorativo de la construcción del objeto del refugio. / Matti Paavonen en Wikimedia Commons
Reactor número 4 de la planta de energía nuclear de Chernobyl, el sarcófago que lo encierra y el letrero en el monumento conmemorativo de la construcción del objeto del refugio. / Matti Paavonen en Wikimedia Commons

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) alerta de que la situación del personal, que no ha rotado desde el 24 de febrero, compromete uno de los pilares de la seguridad nuclear. 

El calvario de los trabajadores de Chernóbil: 211 rehenes desde que se inició la guerra

211 trabajadores de la central nuclear de Chernóbil se convirtieron el pasado 24 de febrero, cuando estalló la guerra en Ucrania, en rehenes de las fuerzas rusas. El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) ha reiterado este martes su "preocupación" por la situación del personal, que no ha rotado en 20 días y lleva "en la práctica, viviendo allí durante las últimas tres semanas". 

Según testimonios de los familiares de los trabajadores (miembros del personal técnico y los guardias del sitio) atrapados en Chernóbil, las tareas dentro del sitio nuclear han seguido con normalidad en las últimas tres semanas, mientras crece el temor de que las condiciones –aparentemente tranquilas hasta ahora- puedan afectar la capacidad del personal para realizar sus tareas de manera segura.

En ese sentido, el director general del OIEA, Rafael Grossi, ha señalado esta semana que la situación dentro de la planta atenta contra uno de los siete pilares de la seguridad nuclear: que "el personal debe poder cumplir con sus tareas de seguridad y tener la capacidad de tomar decisiones sin presiones indebidas". El organismo intenta tender puentes entre Rusia y Ucrania para garantizar la seguridad en las instalaciones de la central nuclear, pero de momento no se han dado pasos concretos en esa dirección.

"La situación es complicada y tensa", señaló a principios de marzo Yuri Fomichev, alcalde de Slavutych, la ciudad creada en el norte de Ucraniapor la explosión de Chernóbil. "Es difícil para ellos moral, psicológica y físicamente". Kiev además ha admitido que Rusia controla la central y, por ende, "no puede siempre proporcionar respuestas detalladas". 

 

Así sobreviven los rehenes

La BBC detalla que los rehenes han improvisado dormitorios temporales en las instalaciones del sitio, que no están preparadas para dormir en ellas: algunos duermen en camas y mesas plegables, mientras que otros debe conformarse con el suelo.

Otros testimonios indican que los empleados tienen comida en el lugar, pero se limitan a una comida al día -principalmente compuesta por pan y avena-, porque reina el miedo a pasar muchos más días atrapados en el recinto. 

"Algunos de los trabajadores necesitan medicamentos que están limitados en la planta y eso les añade una preocupación adicional a los familiares", ha explicado Fomichev. 

Además, se sabe que las personas atrapadas han organizado grupos de trabajos de dos turnos, lo que permite a algunos descansar mientras otros trabajan. De acuerdo con la cadena británica, en la central (que ya no es una central eléctrica en funcionamiento) trabajan alrededor de 2.400 personas, entre ellos científicos, médicos, técnicos, cocineros y personal de seguridad o de apoyo.

niveles de radiación normales

Las tropas rusas tomaron Chernóbil, donde en 1986 se produjo el peor accidente nuclear de la historia, desde el primer día de la ofensiva lanzada por el presidente ruso Vladímir Putin. El sistema de control del material nuclear en las instalaciones de residuos radiactivos de la planta dejó de trasmitir sus datos a la agencia nuclear de la ONU días después, pero el director del OIEA asegura que, de igual forma, continúa obteniendo datos de monitoreo de otras centrales ucranias. Esos datos confirmas que “los niveles de radiación son normales en todas las plantas”. @mundiario

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