En rigor humortis: Una cala superficial e incompleta sobre el humor, la risa y las religiones

En rigor humortis. Alex Pelayo. (1)
En rigor humortis. / Alex Pelayo.
Ya pasamos por el Cristianismo y el Judaísmo en esta cala sobre el humor y la risa en las doctrinas religiosas. Ahora le toca el turno al Islamismo.
En rigor humortis: Una cala superficial e incompleta sobre el humor, la risa y las religiones

Ya pasamos por el Cristianismo y el Judaísmo en esta cala sobre el humor y la risa en las doctrinas religiosas. Ahora le toca el turno al Islamismo. La posición del Islam frente al humor y la risa no difiere demasiado de las del cristianismo y el judaísmo.

Por lo que estuve investigando, la risa, la diversión y las bromas son permitidas por el Islam. Claro, para los musulmanes el humor no debe insultar a nadie, no debe asustar a nadie, debe estar dentro de los límites de la tolerancia islámica; es decir, no debe ser ofensivo, no debe contener material no islámico o promover la inmoralidad y la indecencia (realmente, no entiendo qué tipo de sátira, caricatura, ironía, etcétera, se puede hacer entonces).

La religión islámica surge con la voluntad de acabar con el predominante paganismo, pero también con la degradación moral de la sociedad árabe. Por lo tanto, toda la ética musulmana se construyó en oposición a la moral entonces imperante. Así, la mesura y el autocontrol se consideró una virtud. Esto conecta con la hiperseriedad. Entonces el Islam y la seriedad se definen en contraposición a la risa, a la que se asocia con los infieles.

Dice el Corán al respecto: “¡Que rían, pues, un poco! Ya llorarán, y mucho, como retribución de lo que han cometido” (se puede leer en el primer artículo de esta serie, publicado aquí en Mundiario, que en la Biblia se dice algo parecido).

Así que si se controlan y no se dejan llevar por la risa, serían recompensados en la otra vida, paradójicamente, con la risa: “Ese día, los creyentes se reirán de los infieles”, dice el Corán.

Y observen esto: en las colecciones de hadices (que son los dichos y las conversaciones relatadas por los compañeros de Mahoma), se nos presenta a un profeta jovial y proclive a bromear.

Los musulmanes ponen como ejemplo del humor de Mahoma, la siguiente anécdota: entre las historias relatadas en los libros de Ĥadîz y Sîrah (textos sobre la vida del profeta), encontramos que Mahoma solía bromear con el hijo pequeño de un Saĥâbah (un compañero suyo), un niño llamado Abû ‘Umair quien tenía un pequeño pajarito con el que jugaba. Un día vio al niño triste, y le preguntó: "¿Por qué veo aAbû ‘Umair tan triste?" Los Saĥâbah (sus compañeros) le dijeron: “El pájaro con el que jugaba ha muerto, ¡oh, Mensajero de Allah!”. Entonces el Profeta le empezó a decir en broma suavemente: "¡Oh, Abû ‘Umair! ¿Qué le pasó al pajarito?"

Con el mayor respeto, no veo el humor por ningún lado. Ni siquiera veo un intento de bromear o de hacer sonreír. Lo siento, quizás sea un problema cultural o de traducción.

Pero al igual que ocurre con otras muchas cuestiones (y en todas las religiones sucede igual), el asunto de la risa se convirtió en objeto de interpretación por parte de teólogos y juristas musulmanes, que, a lo largo de la Edad Media, se debatieron entre su prohibición total y su relativa tolerancia, siempre que fuera comedida.

Valga como ejemplo la posición de Al-Ghazali (1058-1111), teólogo y jurista, místico y reformador religioso de origen persa, que en su obra dedicó un epígrafe titulado “El décimo mal: la broma”, donde reflexiona sobre la risa, concluyendo que “lo prohibido de la broma es excederse y entregarse a ella”. Acepta, por lo tanto, la risa moderada, la sonrisa. (¡Algo es algo!).

En tiempos actuales, no puedo pasar por alto la cantidad de creyentes de esta religión que se dedican con gran talento al humor gráfico, a pesar de las limitaciones de sus estados religiosos.

Por supuesto, voy a evitar referirme a los terroristas islámicos, porque yo creo que una de las razones que sean extremistas, salvajes y criminales es por no tener ni un ápice de sentido del humor.

En el Corán, se dice que quien hace reír al prójimo, merece el paraíso. ¿Qué piensan de eso los yihadistas? Posiblemente se han saltado esa parte. @mundiario

Comentarios